Pocos Campeonatos son tan espectaculares como el Europeo de Carreras de Camiones, y pocos pilotos pueden presumir de tener un palmarés tan laureado y brillante como Antonio Albacete. El piloto español está en Nürburgring como líder del certamen, y aunque él no lo reconoce, este año es el favorito.
En Auto10 no seguimos todo el Campeonato de Carreras de Camiones, pero siempre estamos atentos a cómo marcha la temporada, y lo cierto es que, ésta, va muy bien. En el momento de cerrar estas líneas Antonio Albacete suma quince puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, y es líder provisional del campeonato. Antonio Albacete ya no es un niño, posiblemente sea el piloto profesional más veterano que tenemos en nuestro país. Pero conserva intacta su ilusión por ganar carreras, y ahora, por conseguir su cuarto título absoluto de carreras de camiones.
“Todos los años comienzo con la misma ilusión y con la determinación de luchar por la victoria en las carreras, y si todo va bien, por el título absoluto. Es cierto que este año está yendo muy bien. Pero el campeonato es largo y prefiero ir pasito a pasito. Hemos trabajado muy duro y tenemos un buen equipo y lo que es más importante, un camión muy rápido y competitivo”.
Le preguntamos a Antonio por las curiosidades de su trabajo, del pilotaje de su camión, de las características del campeonato, y él, simplemente, se pone a contarnos detalles y anécdotas que nos permiten hacernos una idea muy aproximada de cómo son las cosas para un camionero de carreras.
“El camión de carreras es el vehículo de competición más difícil que he pilotado. Con 5.500 kg de peso es una masa inmensa difícil de controlar y nunca quiere hacer lo que tú quieres que haga. El camión es subvirador por naturaleza, se va de delante en cada curva, y hay que convencerlo a base de anticipación y también con unos buenos reglajes de suspensión y reparto de pesos de que haga lo que quieres. Además, a lo largo de la carrera todo cambia, porque los neumáticos se calientan y casi se destruyen por el peso, el peso de los depósitos de agua para la refrigeración de los frenos desaparece progresivamente, y también el peso del combustible, y hablamos de más de trescientos kilos”.
“El camión tiene un motor enorme, un seis cilindros de 12.419 centímetros cúbicos que desarrolla un par motor enorme con un mínimo margen de uso, porque a 3.000 rpm ya llega el corte de inyección. La potencia es de 1.200 caballos a 1.900 rpm y tardas seis o siete segundos en llegar a la velocidad máxima, que está limitada a 160 km/h. Os aseguro que 5,5 toneladas a 160 km/h impresionan mucho. Menos mal que existe esa limitación, de lo contrario llegaríamos a los 200 km/h, y es muy difícil parar una mole semejante a esa velocidad. El año pasado, haciendo test, tuvimos un problema eléctrico y el camión no cortaba a la velocidad reglamentaria, y por telemetría sacamos que alcanzó 198 km/h”.
“Las carreras de camiones están llenas de pequeños detalles que impresionan, porque todo está en consonancia a esos 5.500 kilos de peso y a esos 1.200 CV de potencia. Por ejemplo, mi camión MAN gasta 100 litros de combustible cada 100 km en condiciones de carrera, es decir, a 160 km/h. Normalmente no vamos siempre a esa velocidad, pero lo intentamos, por eso las carreras son cortas, de unos 50 kilómetros, porque no tenemos autonomía para más. Los frenos, las ruedas, la caja de cambios, el sistema de puntación… todo es peculiar en las carreras de camiones, y seguro que también por eso son un espectáculo muy atractivo, con tantas carreras cada fin de semana y con carreras en las que lo normal es que haya alcances y empujones. Ahora estamos en Alemania, y de aquí a Rusia para correr dentro de dos semanas. Ahora estamos lejos de casa, pero os espero a todos el 5 y 6 de octubre en el circuito del Jarama”.
