Seat Ateca Marathon y el Rallye Classic: conducir sobre dunas y no morir en el intento

Más de sesenta kilómetros de dunas nos separan de la meta. Un terreno desconocido, lleno de trampas, dunas cortadas, agujeros y paredes de arena inaccesibles se interponen entre nosotros y el final de la prueba

Seat Ateca Marathon

Apenas nos queda agua y nuestro Seat Ateca Marathon está algo magullado tras más de 900 kilómetros de desierto… No hemos pinchado pero las ruedas no están nada bien, han perdido trozos de la banda de rodadura y aunque el motor ruge sin cesar, se escuchan nuevos ruidos cada kilómetro, tras cada salto en la cima de cada duna, y las dunas se pierden en el horizonte. Y solo podemos seguir adelante.

La aventura del Rally Classic África

Seat Ateca Marathon

Puede parecer exagerado, casi el guión de un thriller un tanto dramático, pero no se aleja de la realidad de la cuarta etapa, de hecho, podríamos incluir que además nos habíamos perdido y estábamos ligeramente desorientados y apartados de la ruta principal. Eso puede ocurrir en cualquier momento en una prueba como el Rallye Classic África que vivimos al volante del SEAT Ateca Marathon.

Fue una fantástica experiencia, inolvidable, llena de adrenalina, desafíos, velocidad, riesgo y satisfacción, sin duda algo muy, pero que muy recomendable para cualquiera, no hay que ser la reencarnación de Indiana Jones y tampoco tener el nivel de pilotaje de Carlos Sainz, basta con querer vivirlo y ser razonablemente prudente como para llegar la meta.

Seat Ateca Marathon

Además, no sería nada honesto si no añadiera que la organización de Rallyclassic tiene permanentemente geolocalizados a todos los participantes, de forma que peligro, lo que se dice peligro, solo un poco. Una de esas veces, perdido entre dunas gigantes que parecen altas como un edificio de siete plantas, en especial cuando te has quedado atascado abajo, apareció por allí, como quien no quiere la cosa, Jose María Serviá, el mismísimo creador de ese maléfico roadbook que nos tenía pasándolas canutas. Y solo para saber qué tal andábamos…

Y a todo esto, nuestro Seat Ateca, ese elegante SUV compacto pensado para viajar sobre el asfalto seguía funcionando a la perfección con algún que otro porrazo en el cubre cárter y con arena en cada milímetro de su carrocería, pero sin escatimar grados a restar en el habitáculo gracias a su potente aire acondicionado, y sin desfallecer en un caminar que más que correr, surfeaba las dunas con maestría gracias a su tracción total.

Así se conduce sobre las dunas

Hace años escribí un artículo divertido y entretenido que se titulaba “Así se conduce sobre nieve”. Fue después de participar en una categoría del Trofeo Andros sobre hielo y nieve y acabar en el podio, de modo que estaba relativamente autorizado a ir de experto.

Seat Ateca Marathon

Sobre las dunas… la verdad es que lo pasé en grande y aprendí una barbaridad, pero nada de podio. Pese a ello, llegar a meta ya me parece una pasada. Cuando llegas a las dunas de Erfoud y se abre por delante del frontal del Seat Ateca Marathon la vastedad del Sahara ves una imagen imponente, un tanto aterradora, en buena parte porque apenas había amanecido y el sol ya era abrasador, con cielo completamente despejado que mostraba un interminable mar de arena.

Seat Ateca Marathon

Lo primero siempre es estar tranquilo y hacer las cosas poco a poco. “Prisa mata” dicen los nativos. Todo el mundo sabe que hay que bajar mucho la presión de los neumáticos para que las ruedas tengan más superficie de contacto y el coche pueda apoyarse sobre la arena. Llegábamos a las dunas con casi tres kilos de presión para que las ruedas aguantaran la rudeza de las piedras y baches de las pistas, y ahora tocaba pasar a un kilo de presión por rueda.

Con suavidad, pero con confianza hay que avanzar subiendo o llaneando buscando siempre los puntos más suaves que nos permitan situarnos en la parte alta para detenernos siempre con el coche a favor de la pendiente, de lo contrario es fácil que, al intentar reanudar la marcha nos quedemos atascados. No es fácil “leer” las dunas, la luz del día, las sombras y el viento son todos enemigos en esta situación porque esconden trampas y hacen que el camino sea cambiante. Si hay dudas, pie a tierra y analiza por donde es mejor pasar.

Seat Ateca Marathon

Huye de las ollas, los agujeros que rodean las dunas, busca terrenos lo más duros posibles, intenta mantenerte en el perfil de la duna y cuando tengas que atravesar la cima hazlo con decisión para no quedar empanzado, pero sin velocidad para no saltar. Si no lo tienes claro, afronta la cima con 15-20 grados de inclinación y prepárate para volver a poner la dirección recta o hacia abajo si no está tan cortada. La velocidad es de baja a moderada pero siempre con potencia y confía en la capacidad de tracción de tu coche. El mejor consejo es disfrutar a tope la experiencia y no ir nunca solo, y que tanto tú como tus acompañantes de expedición lleven eslingas, palas y planchas… eso es ser precavido.

Así es el Seat Ateca Marathon

Seat Ateca Marathon

El Seat Ateca Marathon se sentía liviano entre las dunas, como si flotara gracias a la capacidad de tracción y los neumáticos casi desinflados; motor Diésel TDi de 150 CV con mucho par y cambio automático DSG con levas en el volante, una combinación casi mágica. El Ateca de Seat ha cumplido con creces en la gama SUV de la marca española desde que llegó, allá por 2016, una referencia en ventas con un acumulado de más de medio millón ventas en todo el mundo y sigue sumando.

La denominación Marathon no existe de forma oficial, pero responde a la experta preparación que realizaron los técnicos de Seat Históricos para que un grupo de “Atecas” pudiera seguir al legendario SEAT Toledo Marathon en su resurrección para los raids treinta años después de su nacimiento.?

Seat Ateca Marathon

Nunca pensé que un SUV pensado para llevar a los niños al colegio o para realizar cómodos viajes en carretera pudiera ser tan eficaz frente a cualquier obstáculo. Y más si el obstáculo se llama RallyClassic África y lo componen cinco etapas y más de mil kilómetros entre Merzouga y Erfoud atravesando los cordones de dunas del Erg Chebbi. Pero así es. El Seat Ateca Marathon TDi 150 CV DSG asociado a la tracción total “4” es una combinación sorprendente.

Es un poco más alto que la unidad original, 40 mm, la suspensión ha sido modificada ligeramente para soportar la tremenda paliza con nuevos muelles y amortiguadores y lo que no puede faltar nunca es un robusto protector del cárter. La correcta elección de las ruedas puede ser determinante y nuestro Ateca montaba llantas de 16 pulgadas con neumáticos BF Goodrich All Terrain en 225 mm de banda de rodadura. Algo así es clave para llegar a buen puerto y lo cierto es que después de la prueba, no estaban en su mejor momento, pero no pinchamos nunca.

Fotos Seat Ateca Marathon y el Rallye Classic: conducir sobre dunas y no morir en el intento

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