En un mundo donde los combustibles alternativos son cada vez una opción más necesaria, el etanol se plantea como un biocombustible que permite mantener los motores de combustión interna pero también presentan alguna desventaja

El etanol es en gran medida alcohol, un tipo de biocombustible que se mezcla con gasolina para mejorar el rendimiento del motor. Se obtiene mediante la fermentación de algunos comestibles como el trigo, el maíz, la caña de azúcar o la remolacha. A día de hoy su competidor más destacado es el hidrógeno y es que varias marcas como BMW y Toyota apuestan por este como una verdadera alternativa a los motores de gasolina.
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Parte de la normalidad
De hecho la gasolina que echamos en el depósito de nuestro coche cada vez que repostamos lleva etanol, aunque en un bajo porcentaje de un 5 o en un 10 por ciento según utilicemos E5 (Gasolina sin plomo 95) o E10 (Gasolina sin plomo 98) respectivamente.
La designación de la gasolina “E” significa “Etanol” y el número que le acompaña es el porcentaje de etanol que lleva la mezcla de ambos componentes.
Combustibles de etanol
También existen mezclas de E85 y E100 con un porcentaje de petróleo inferior al 20 por ciento. En este caso las emisiones de monóxido de carbono son muy inferiores a las que emite un coche que se suministra de gasolina E5 o E10 aunque solo en los vehículos con motores preparados para biocombustibles se puede llenar el tanque de bioetanol.
El etanol es otra de las muchas alternativas a las que la industria del motor acude para alargar la vida de los motores de combustión interna. Similares al etanol se encuentran, por ejemplo, los denominados combustibles sintéticos o ecológicos. Aunque estos últimos estén disponibles en algunas gasolineras europeas, su precio es elevado. El gas natural o el gas licuado de petróleo son otro tipo de consumible que se utiliza en los motores de la actualidad. Pero este tipo de investigaciones sobre combustibles alternativos en realidad surge hace muchos años.
El Fiat 147 de etanol
De hecho, en 2024 se cumplen 45 años del estreno del primer vehículo en utilizar etanol en lugar de gasolina como combustible, el pequeño Fiat 147. Este utilitario de apenas 3 metros y medio fue el encargado de presentar las mecánicas que funcionaban gracias al etanol, una tecnología pionera que va camino de cumplir el medio siglo de antigüedad. Fue Fiat Brasil quien logró comercializar este modelo en el mercado pero además, el Fiat 147 incorporaba novedades como el motor transversal, la columna de dirección retráctil, neumáticos radiales, parabrisas de cristal laminado y la rueda de repuesto en el interior del vano motor para aprovechar el espacio.

En 1976 Fiat inició la investigación para poder implantar un motor de estas características en un vehículo de producción ¿El motivo? Tres años antes en 1973 surgió la denominada crisis del petróleo que disparó los precios del combustible en Estados Unidos, una situación que más tarde se expandió por todo el mundo.
La primera unidad del Fiat 147, que fue apodado ‘Cachacinha’ (por su olor similar a una bebida llamada Cachaza) forma parte de la colección de clásicos de Fiat y aunque se trataba de una alternativa que lograba reducir las emisiones contaminantes, los coches eléctricos han “adelantado al resto por la derecha”.
Ford y los motores FlexFuel

Hace aproximadamente 15 años la marca Ford comercializaba versiones FFV en las que sus motores funcionaban con E85 y E100 en nuestro país. Entre los modelos que montaban esta tecnología destacaban el Ford Mondeo, una berlina que podía funcionar con bioetanol además de su aplicación en vehículos comerciales. Hoy en día la marca del óvalo no ofrece modelos con esta tecnología, las alternativas a la gasolina y al diesel pasan por la electrificación, como en la gran mayoría de fabricantes a nivel mundial.
Ventajas y desventajas
Los puntos de repostaje son limitados, el precio por litro es alto y adaptar nuestro motor para poder quemar bioetanol tiene un coste elevado cercano a los 1.000 euros. Se deben cambiar los inyectores de combustible, el sistema de inyección para evitar la corrosión propia del alcohol y la centralita del vehículo, o al menos modificar su programación. Por otra parte, es un combustible más respetuoso con el medio ambiente a pesar de que su rendimiento es inferior, es decir, necesitarás más etanol para igualar los resultados que obtendrías con la combustión de la gasolina.
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