
Llega una auténtica revolución en neumáticos, el nuevo Michelin CrossClimate, el primer neumático de verano del mundo que incluye la certificación 3PMSF. ¿Qué quiere decir esto? Pues que a todos los efectos, puedes utilizar tu coche normalmente en verano... y disfrutar de las ventajas de los neumáticos de invierno cuando llega la nieve o el mal tiempo, sin necesidad de tener que utilizar dos juegos de neumáticos diferentes.
Sí, has leído bien, un único neumático para todo uso durante todo el año, haga el tiempo que haga, y con el que puedes circular por carreteras nevadas sin necesidad de utilizar cadenas. ¿El fin de los neumáticos de invierno? Pues por lo que hemos visto, casi...

Lo primero es señalar que Michelin recomienda el nuevo CrossClimate para usuarios que conducen en condiciones de frío o nieve de forma ocasional; para un uso principalmente en zonas con bajas temperaturas o frecuentes nevadas, se siguen recomendando los neumáticos de invierno –como el Michelin Alpin 5– en temporada invernal, alternándolos con los de neumáticos de verano el resto del año.

También hay que tener en cuenta la disponibilidad: el nuevo Michelin CrossClimate empezará a venderse en mayo, inicialmente sólo para llantas entre 15 y 17 pulgadas; más adelante, ya para 2016, se añadirán más dimensiones. Y ya que preguntas por el precio, te diré que está previsto que se sitúe entre un neumático de verano (toma como referencia un Michelin Energy Saver+) y uno de invierno, siendo en torno a un 10 por ciento más caro que el neumático de verano. ¿Merece la pena? Ya te adelanto que sí.
Tecnología: así es el Michelin CrossClimate
Sin entrar en muchos detalles técnicos, tres son las claves que permiten al Michelin CrossClimate combinar lo mejor de los neumáticos de verano y los de invierno. La primera, el compuesto de goma con el que está fabricado. Habrás oído muchas veces que en un neumático de invierno sus compuestos están diseñados para mantener la flexibilidad a temperaturas muy bajas. Aquí eso no vale. Bueno, sí, pero con matices: hay que garantizar el mayor rendimiento con cualquier condición atmosférica y, lo que es más difícil, con suelo seco, mojado... o nevado.

Esto es como la fórmula de la Cola-Cola, y nunca sabremos más detalles, pero en Michelin hablan de la utilización de sílice de última generación y de un compuesto innovador en la banda de rodadura, muy flexible, que reduce la generación de calor y que es capaz de amoldarse a las rugosidades de la carretera a cualquier temperatura. El resultado es la clasificación "A" –la más alta– en la etiqueta europea en la medición de frenado en mojado.

En segundo lugar está el diseño. Como los mejores neumáticos de invierno, y como muchos neumáticos deportivos, el diseño de la banda de rodadura tiene forma de V –el diseño más eficaz para "apartar" el agua de la carretera–, con unos ángulos biselados en los tacos que mejoran la tracción y la frenada en seco. Y aunque no se ven, también hay "laminillas", como en los neumáticos de invierno. Son unas laminillas 3D con efecto autoblocante que se agarran a la nieve, pero que se comprimen entre ellas para mejorar la rigidez y proporcionar mayor estabilidad cuando el neumático se ve expuesto a fuertes aceleraciones longitudinales, o al acelerar y frenar.
Curiosidades sobre el nuevo Michelin CrossClimate
Evidentemente, una tecnología como la del nuevo neumático de Michelin no surge así, de la noche a la mañana. Además de los múltiples estudios previos sobre hábitos y necesidades de los usuarios, por detrás existe un trabajo de investigación y desarrollo del que Michelin nos desvela algunas claves.

Por ejemplo, y aunque en Michelin el período de desarrollo de un neumático completamente nuevo lleva aproximadamente de media 4 años y 8 meses, el CrossClimate se ha desarrollado 1,5 veces más rápido: "sólo" en 3 años desde el primer boceto en una hoja en blanco.
Desde entonces 150 ingenieros han participado en el diseño, fase de pruebas y procesos de industrialización del nuevo Michelin CrossClimate, con el que se han realizado más de 1.000 test en laboratorio, superando los 5 millones de kilómetros –el equivalente a 125 veces la vuelta al mundo– de pruebas dinámicas y de resistencia.
La prueba dinámica: ¡funciona!
Todo esto está muy bien. Pero a pesar de la dificultad que siempre tiene sacar conclusiones cuando se prueba un neumático, lo mejor es pasar a la acción. Y en Michelin nos llevaron hasta los alrededores de Ginebra, donde tenían preparado una batería de interesantes ejercicios y pruebas, con la ventaja añadida de poder comparar sobre el terreno si de verdad el nuevo Michelin CrossClimate cumple lo que promete.

Empezamos con un recorrido en carretera en el que la climatología acompañó para convertir la subida a un puerto sobre suelo seco en una bajada bajo un aguacero torrencial, y por si fuera poco, hasta granizo; vamos, como si lo hubieran contratado para la ocasión. El "conejillo de pruebas", un Peugeot 308 HDI, y las primeras impresiones son sensacionales: el CrossClimate ofrece un tacto totalmente comparable al de un neumático de verano, tanto en agarre como en capacidad de frenada. Y sin penalizar para nada en ruido de rodadura, donde según la etiqueta consigue incluso mejores resultados.

Me gustaría probarlo en suelo completamente seco y con temperaturas altas, pero por lo que apunta y por los datos que tenemos, tiene toda la pinta de ser equivalente a un Michelin Energy Saver+, igualando sus cifras de agarre en seco, mejorando las de mojado y sonoridad, y quedando por debajo sólo en resistencia a la rodadura, aunque una clasificación "B" ya es muy buena, sobre todo teniendo en cuenta que es un neumático apto para rodar sobre nieve. En cuanto a la duración, Michelin asegura que es equivalente a la de un neumático de verano. Para comprobarlo habrá que esperar a los primeros veredictos de los usuarios.

Sólo me quedaba comprobar si de verdad esas "laminillas" escondidas del CrossClimate cumplirían su función sobre la nieve, y a su búsqueda nos fuimos. Ya fuera de la ruta prevista encontré un enorme parking completamente nevado y sin pisar, y con una zona en ligera pendiente, en el que pude comprobar que el Michelin CrossClimate cumple lo que promete, y es capaz de traccionar y seguir avanzando donde con un neumático de verano convencional sería sencillamente imposible.
Pero había más. En una zona dinámica preparada al efecto Michelin nos brindó la oportunidad de comparar el Michelin CrossClimate con un neumático de verano –Michelin Energy–, con uno de invierno –Michelin Alpin5– y con un neumático All Season, en este caso de la competencia, un GoodYear Vector4.
Se prepararon tres pruebas: una frenada en seco, un "círculo de adherencia" en mojado, y una rampa nevada. Lo mejor es que veas algunos vídeos con los resultados, pero te lo resumo: el Michelin CrossClimate me convenció en todos los casos, con una frenada en seco equivalente al neumático de verano y mejor que el All Season, una magnífico agarre en curva con suelo mojado y, sobre todo, la capacidad de "trepar" por una rampa nevada en la que el coche con el neumático de verano sencillamente se quedaba "clavado en el sitio".
En definitiva, la nueva tecnología CrossClimate de Michelin es uno de los mayores avances en neumáticos que hemos probado en los últimos años. El consumidor puede combinar las ventajas de los neumáticos de verano y los de invierno, sin tener que invertir en dos juegos de neumáticos, pasar por el taller dos veces al año o preocuparse de donde almacenar el juego que no está en uso.
Vídeo Michelin CrossClimate vs neumático de verano
Vídeo Michelin CrossClimate vs neumático de invierno