En la marca alemana se plantearon realizar un Cabrio para el recién nacido Cayenne. No se pusieron de acuerdo con la parte trasera. Te contamos cómo era.

En este 2022 en Porsche han decidido celebrar el aniversario de los veinte años del lanzamiento del Porsche Cayenne. Odiado por muchos por romper con la tradición de la marca, lo que está claro que ayudó a generar unos grandes beneficios y a la vista está que seguirá siendo un modelo importante en los próximos años. Lo que a lo mejor no sabías es que en su primera generación se estudió una carrocería Cabrio de la que aquí te hablaré.
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En concreto nos tenemos que trasladar al comienzo de la primera generación, aquella que se vendió desde 2002 hasta 2010. En las oficinas de Porsche se pusieron sobre la mesa la realización de otras tres carrocerías más para su recién nacido Cayenne: una coupé, una versión más alargada (20 cm) para poder incluir una tercera fila de asientos y la descapotable.

De ese trío quizás la más atrevida era la que no tenía techo, ya que como se ha demostrado con el tiempo la coupé ha terminado llegando al mercado en esta última generación y la alargada, seguro que en América o China hubiera sido bastante apreciada por ese extra de habitabilidad que hubiera aportado. Aunque el Porsche Cayenne quiere seguir siendo deportivo y no tanto familiar.
Pero volvamos a nuestro protagonista. Tras largas conversaciones, se decidió construir una unidad Cabrio del Porsche Cayenne con una longitud de 4,8 metros, ligeramente superior al modelo convencional. El objetivo era contestar a cuatro preguntas que surgieron sobre el prototipo:
- ¿Será un coche cómodo pese a la caída del techo posterior y que el pilar A es más corto?
- ¿Podríamos considerar este Porsche Cayenne práctico al tener solo dos puertas 20 cm más largas?
- ¿Se podría añadir una capota de lona que fuera elegante y de alta calidad, que a su vez se plegara de una forma rápida?
- ¿Cómo sería el diseño de la parte trasera?

Curioso la verdad. Sobre todo teniendo en cuenta que a la última pregunta le surgieron dos soluciones diferenciadas. La clave estaba en donde se colocaba el piloto posterior, fabricándose una con una posición elevada y otra en la zona más baja. Las diferencias la podrás encontrar en las fotografías de la galería.
Para la citada capota, los ingenieros de Porsche habían recurrido a una solución ya utilizada en el Porsche 911 Targa. La idea es que se recogiera utilizando el arco de seguridad fijo hasta llegar a la zona trasera. Allí se abriría la tapa del maletero y se plegaría en forma de “Z” para quedar guardada. Pero dicho mecanismo, nos cuentan desde la marca, nunca llegó a pasar de la simulación por ordenador, por lo que en este prototipo se tiene que colocar de forma manual.

Desde la marca reconocen abiertamente que las “previsiones sobre rentabilidad no eran especialmente halagüeñas y había dudas de si el coche iba a resultar tan atractivo como debería ser un Porsche” y por ello se quedó este Porsche Cayenne Cabrio en un objeto del museo de la marca.
Es más, el prototipo del Porsche Cayenne Cabrio no cuenta con las medidas de seguridad necesarias para poder circular por carretera, por lo que solo puede rodar por instalaciones cerradas al tráfico. Cuando es necesario trasladarlo a otra ubicación, lo que se hace es montarlo en una grúa.
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