La fábrica del gigante norteamericano va con mucho retraso debido al coronavirus y la extensa burocracia exigida por el gobierno alemán hacen que Tesla pierda la paciencia.

Tesla está preparando su salto a Europa, pero lo cierto es que no está siendo nada fácil. Porque cuando todo estaba listo para comenzar a levantar la llamada Gigafactory 4 en Berlín, el ccoronavirus hizo acto de presencia para paralizar todo.
Ahora que el COVID-19 está actuando de forma menos letal, Elon Musk se ha topado con otro problema: multitud de quejas debido a la gestión medioambiental de su compañía, que ya ha deforestado un bosque para poder construir una fábrica en el terreno.
De hecho, en febrero Tesla ya se enfrentó a una suspensión por este motivo, ya que comenzó la tala de árboles sin tener los permisos necesarios para ello. Las quejas sobre esto se unen a la preocupación de los ciudadanos por el uso de agua dulce para la fábrica.
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Por ello, Tesla presentará unos planos nuevos esta semana con una reducción de gasto en agua y una menor emisión de aguas fecales. Una vez presentados, habrá ocho semanas de estudio por parte del estado, que será en septiembre y dará a Musk una respuesta definitiva sobre qué hacer.
Una burocracia muy asentada en Europa que está frenando los planes de Elon Musk, que ha invertido 4.000 millones de euros en el desarrollo de esta planta. El objetivo es asentarse en Europa, pero parece que levantar la Gigafactory 4 le va a costar más tiempo que la anterior, ubicada en China.