La firma alemana deja de producir su GLC F-Cell tras anunciar su alianza con Volvo para crear una empresa conjunta que desarrolle autobuses y camiones impulsados por esta tecnología.

Mercedes-Benz decide parar su proyecto enfocado al hidrógeno. La marca alemana, que ya ha vendido algunas unidades de su GLC F-Cell, ha decidido decir adiós a esta tecnología. Bueno, más bien, se trata de un hasta luego: estamos seguros de que dentro de un tiempo, la marca reabrirá su apuesta por este tipo de combustible.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR...
Tres falsos mitos sobre los coches de hidrógeno
Prueba Toyota Mirai: te explicamos cómo va el coche de hidrógeno
La aventura ha durado poco. En 2017, Mercedes anunció la llegada de este coche. Y en 2019 comenzaron las ventas, con algunas entregas. Un vehículo que convertía a la marca alemana, junto a Hyundai o Toyota, en una firme defensora de este tipo de propulsión aún poco extendida en el mundo. Quizá ese haya sido el motivo para retirarse del hidrógeno… en la parte de turismos.

Decimos en la parte de turismos porque Daimler Trucks ha firmado un acuerdo con Volvo para desarrollar en conjunto vehículos con pila de combustible. Una solución limpia y eficiente para los viajes a larga distancia, que se aplicará en camiones y autobuses. Y un proyecto con bastante más sentido que vender vehículos de hidrógeno pese a haber aún una pobre infraestructura de repostaje.
En concreto, este acuerdo es una joint-venture que consistirá en crear una nueva empresa compartida por ambas marcas en un 50%. La empresa se situará en el mismo sitio donde Mercedes desarrollaba sus proyectos de hidrógeno, la Mercedes-Benz Fuel Cell GmbH de Nabern. Por tanto, quizá aquí encontremos otra razón para abandonar su proyecto en solitario.

Por tanto, pensamos que Mercedes desarrollará esta tecnología para turismos junto a la marca sueca cuando la sociedad se prepare para el cambio. O simplemente esperará a más adelante para retomar esta aventura sin Volvo.