El alcohol es uno de los factores principales de riesgo en la conducción. Según las encuestas, un 42% de los conductores beben y conducen alguna vez. ¿Estás entre ellos? Pues sigue leyendo.

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¿Qué es la tasa de alcoholemia?
La alcoholemia es el volumen de alcohol que hay en la sangre y se mide en gramos de alcohol por cada litro de sangre (g/l) o su equivalente en aire espirado.
En España la tasa de alcoholemia permitida es de 0,5 g/l en sangre y 0,25 mg/l en aire espirado para conductores en general y de 0,3 g/l y 0,15mg/l para conductores noveles. Sin embargo, cualquier grado de alcoholemia puede alterar tu capacidad de conducir por ello nosotros recomendamos una tasa Cero a la hora de ponernos al volante.

Aunque dos personas beban la misma cantidad de alcohol es muy poco probable que alcancen la misma tasa de alcoholemia. Incluso si es una misma persona la que toma alcohol en dos días distintos, la tasa de alcoholemia que alcance también puede variar.
La absorción del alcohol depende directamente de la velocidad a la que bebas. Cuanto más rápido tomes la bebida, mayor será la velocidad de absorción y la cantidad total de alcohol que pase a la sangre.
La absorción del alcohol es más lenta en bebidas fermentadas (como la cerveza o el vino) que en las destiladas (como la ginebra, el ron o el whisky). Además, el alcohol tomado junto a bebidas gaseosas como tónica, cola, naranja… o ingerida caliente puede favorecer la rapidez de aparición de la alcoholemia. Beber con el estómago lleno es una variable muy importante porque la rapidez de absorción del alcohol depende también de la cantidad que llegue al intestino delgado.

Alcohol y conducción: el peso de la persona
La distribución del alcohol es diferente en una persona gruesa que en una persona delgada. Una persona con menos peso puede obtener una mayor tasa de alcoholemia con la misma cantidad de alcohol ingerido que una persona gruesa. Además, la hora del día también influye. La eliminación del alcohol es mucho más lenta durante las horas de sueño por ello, si antes de acostarte tu consumo de alcohol ha sido elevado, es posible que por la mañana aún te despiertes con una alcoholemia positiva. Dormir algunas horas no es suficiente para garantizar una conducción segura.
La fatiga, somnolencia, ansiedad y estrés son algunos factores que pueden influir sobre la alcoholemia y sus efectos sobre tu organismo.

Multas por superar el índice de alcoholemia permitido
Si el alcoholímetro marca entre 0,26 mg/l y 0,50 mg/l, la sanción económica será de 500 euros y perderás cuatro puntos.
En caso de registrar una cifra superior a 0,50 mg/l y hasta 0,60 mg/l, la multa asciende a 1.000 euros y la pérdida de puntos es de un total de seis.
Por encima de los 0,60 mg/l estarás incurriendo en un delito penal y te estarías enfrentando a una condena de entre tres y seis meses de prisión, de seis a doce meses de multas económicas o de trabajos en beneficio para la comunidad, y a la pérdida del permiso de conducir durante un período de uno a cuatro años.
Alcohol y conducción: ¿Es obligatorio realizar la prueba de alcoholemia?
Los conductores tienen la obligación legal de realizar el test de alcoholemia. En el caso de que un conductor se niegue los procedimientos legales serán los siguientes:
- Administrativo: en este caso la sanción será la imposición de una multa por un importe de 500 €, también puede implicar una pérdida total de los puntos del carnet.
- Penal: si el detenido se niega y se le toma la prueba por la fuerza, si llega a presentar una tasa de 0,60 miligramos por litro, podría ir a prisión por un tiempo de 3 a 6 meses.

Alcohol y conducción: falsos mitos
Estos tópicos están muy extendidos en nuestra sociedad sin embargo, científicamente son totalmente falsos.
- “No hay peligro si estoy por debajo del límite legal”: falso. Desde la primera copa ya hay alteraciones que afectan a tu capacidad de conducir.
- “Dos personas que beban lo mismo tendrán la misma alcoholemia”: falso. Hay muchos otros factores que van a modificarla de forma importante.
- “El alcohol ingerido en la comida no se absorbe”: falso. El alcohol ingerido siempre terminará por pasar a la sangre.
- “Nunca daré positivo si bebo poco a poco a lo largo del día”: falso. Si consumes continuamente a lo largo del día, tu alcoholemia puede ser al final mayor de lo que piensas.
- “Un café, una cabezadita y como nuevo”: Falso. Ni el café, ni el té, ni darse una ducha, ni dormir un poco son estrategias capaces de reducir los niveles de alcohol.
Alcohol y conducción: Así no reduces la tasa de alcoholemia
Frente a lo que suele pensarse, ninguna de las siguientes estrategias ha demostrado ser eficaz para reducir la tasa de alcoholemia:
- Hacer ejercicio.
- Tomar chicles, caramelos balsámicos, menta u otras hierbas.
- Tomar caramelos u otros productos con azúcar.
- Masticar granos de café.
- Beber aceite.
- Fumar abundantemente.
- Consumir cocaína.
- Usar determinados sprays bucales.
- Beber mucha agua después de tomar alcohol.
- Tomar clara de huevo

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