Ante la subida de temperaturas generalizada en gran parte de la Península, te mostramos los mejores consejos para sobrevivir a una ola de calor en el coche sin acabar acalorado o peor aún: sin ganas de irte de vacaciones.

Con las temperaturas disparadas en gran parte del país y los avisos por ola de calor en los informativos, no es mal momento para revisar algunos trucos y consejos básicos que pueden marcar la diferencia entre un viaje cómodo y uno en el que acabas sudando como si hubieras corrido una maratón con abrigo. Porque sí, el coche puede convertirse en un horno rodante… pero hay formas de evitarlo.
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1. Ventila antes de entrar
Sabemos que llegar al coche y meterse dentro rápido parece la mejor idea, pero no lo es. Si el coche ha estado al sol durante solamente una hora, el interior podría alcanzar temperaturas superiores a los 40 grados. Para paliar esta situación emplea la técnica de ventilación rápida que te proponemos desde Auto10.

Si el coche lleva bastante tiempo expuesto al sol, abre y cierra la puerta del copiloto varias veces mientras mantienes la del conductor abierta. De esta manera la temperatura del interior del habitáculo se reduce creando un efecto de succión. Repite el proceso durante un minuto.
Ahora, cierra las ventanillas laterales a excepción de la del conductor y la trasera del lado opuesto. Conduce durante unos minutos hasta que la temperatura disminuya unos grados y así, poder circular de manera mucho más cómoda de cara a un viaje más largo o ante un trayecto de más distancia.
2. Usa bien el aire acondicionado
Aunque es tentador apuntar las salidas de aire hacia la cara o el pecho, te recomendamos configurar el aire acondicionado para que salga por la zona superior o inferior, la parte de las piernas y los pies. El aire caliente sube, por lo que si tratamos de enfriar la parte superior del vehículo primero, luego nos será más fácil acomodar el resto del habitáculo.

Utiliza el modo "recirculación" durante unos minutos para enfriar más rápido (el sistema reutiliza aire ya frío). Una vez que el coche esté a temperatura agradable, vuelve al modo aire exterior para evitar que se cargue demasiado de humedad o malos olores.
Y por cierto, no hace falta poner el aire a 16ºC: con 22–23 ºC suele bastar para sentir frescor sin congelarte ni sobrecargar el sistema.
3. Protege el interior del sol
No hay milagros: si aparcas al sol, el coche se va a calentar. Pero puedes minimizar el efecto de los rayos solares con un parasol reflectante en el parabrisas. De esta forma reducirás la temperatura del interior del habitáculo cuando regreses. ¿Hará calor? Probablemente, pero con una intensidad menor con respecto a si dejaras el cristal delantero al descubierto.
De esta forma también proteges el salpicadero del desgaste. Los plásticos del interior pierden el color, la forma e incluso pueden llegar a derretirse al tocarlo con los dedos (no como un helado en dos minutos, con el paso del tiempo) ante la exposición al sol, y además no siempre resulta sencillo recuperar el aspecto original.

Además, evita dejar cosas metálicas a la vista. Los cinturones, las hebillas, los reposabrazos o el propio volante pueden alcanzar temperaturas altísimas. El pomo de la palanca de cambios, inserciones en la consola central o algunos botones fabricados en aluminio sufren del mismo problema. Un trapo o una toalla sobre ellos marca la diferencia.
4. ¿Y si no tienes aire acondicionado? También hay trucos
Sí, aún hay coches sin aire acondicionado (o que lo tienen roto). En ese caso, toca tirar de lo básico: ventanillas bajadas, preferiblemente las delanteras y traseras para crear flujo de aire. Si conduces en ciudad, mejor una rendija abierta que un ventanal (por ruido, polvo y seguridad).

Llevar una botella congelada envuelta en un trapo frente a la salida del ventilador puede hacer las veces de mini climatizador improvisado. No es lo mismo, pero algo refresca.
5. Hidratación y ropa: lo que llevas también importa
Este es un ejercicio de previsión necesario. Incluso frente a recorridos de corta distancia, te recomendamos equiparte con una botella agua fría, un refresco o cualquier líquido que te ayude a hidratarte a la hora de conducir bajo temperaturas de calor extremas.

Si tu coche lleva asientos de cuero sin ventilación, te recomendamos aprovisionarte con pantalones largos que puedes llevar siempre contigo en el maletero durante el verano. Podrías sufrir quemaduras leves o incluso graves al sentarte en el coche si no proteges tu piel al contacto con la tapicería.
Los asientos e interiores de tela no retienen tanto calor como la opción alternativa de cuero, en verano son más agradecidos. Razón por la que deberías pensar con detenimiento si tu próximo descapotable debería llevar asientos de cuero o de tela. Ojo
6. ¡Cuidado con los niños y las mascotas!
Muy importante. Incluso un minuto es mucho tiempo. Jamás dejes a niños o animales dentro de un coche parado al sol, ni aunque se trate de un instante de ausencia. El interior puede superar los 50 ºC en menos de 10 minutos, con consecuencias fatales.

Si viajas con niños pequeños o mascotas, te recomendamos añadir al equipaje persianas laterales, algunos coches incluso las llevan de serie y reducen la temperatura del habitáculo y la sensación de calor en las plazas traseras. También forman parte del equipamiento recomendado mantas térmicas, abundante agua y, si hace falta, planifica paradas más frecuentes para refrigerar el ambiente y parar a descansar durante las horas más calurosas del día.
7. Tecnología que ayuda (y que quizás no estés usando)
En la actualidad, muchos coches ofrecen funciones como el preacondicionamiento del habitáculo, que permite activar el aire desde el móvil antes de subirte. Si estimas un tiempo predeterminado, podría ser la solución ideal para evitar todos los problemas relacionados con la temperatura del habitáculo en verano.

Puedes programar una hora concreta a la que conectar el aire acondicionado o encender el propio vehículo desde el mando para que el ventilador y el compresor del aire acondicionado se pongan en marcha. En países tan calurosos como España, determinados extras son bastante interesantes.
Por ejemplo: los asientos ventilados son un tipo de opcional a considerar a la hora de subir al coche en verano. Lo ideal es probarlos antes de decidir, pero si aparcas tu coche en la calle con frecuencia, aun contando con ese coste extra podría compensar, convirtiendo tu viaje incómodo en uno sorprendentemente agradable.
Conclusión: no hay que sufrir más de la cuenta
Viajar en coche con confort durante una ola de calor es posible, incluso sin climatizador. Con pequeños gestos y algo de previsión, puedes evitar convertir tu trayecto en una sauna sobre ruedas. No se trata solo de confort, sino de salud y seguridad al volante. Recuerda: hidratación, ventilación y protección solar.
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