Aventurarse en cómo serán los coches del futuro es una acción que se ha repetido a lo largo de la historia con más o menos acierto (a finales del siglo pasado se creía que en los 2000 los coches volarían…) y para saber más o menos por dónde van los tiros, Dunlop encargó un informe al tecnólogo Ian Pearson.
La distancia marcada ha sido el 2139, dentro de 125 años, y la conclusión más rápida que se puede sacar es que los coches de carreras del futuro serán más interactivos con el espectador y más respetuosos con el medio ambiente.
Según Person, los coches del futuro podrían estar equipados con potentes motores eléctricos o propulsores de inducción de plasma. Éstos últimos funcionarían bombardeando con electrones un gas que después se transformaría en plasma. Gracias a unas bobinas superconductoras se crearían campos electromagnéticos para poder mover a los coches.
El futuro de los chasis pasa por fabricaciones con nanotubos de carbono y grafeno que provocarán unas piezas más fuertes, de gran resistencia y rigidez. Todas estas características influirán en una mayor estabilidad en las curvas y un mejor manejo del vehículo.
Algunos coches podrían modificar su forma durante la carrera mediante geles que tienen la capacidad de contracción y unas aleaciones con memoria capaces de recordar distintas formas. Esto permitiría ajustar los alerones o ensanchar los faldones de los coches.
Pero no sólo la carrocería se controlaría de forma electrónica. Los neumáticos podrían modificarse también durante la prueba para mejorar el agarre en cualquier situación y retrasar el desgaste. Para ello se necesitaría que en el proceso de fabricación se aplicaran millones de tacos microscópicos con impresión tridimensional, para conseguir varias capas que se irían quitando cuando se fueran desgastando.
El espectador se convierte en piloto
Lo que menos me ha gustado personalmente del informe de Dunlop es la posibilidad de ver coches con pilotos autómatas. Person lo justifica porque los coches del futuro pueden quintuplicar los tiempos de aceleración y frenado de los actuales, y dado el tiempo de reacción de un humano y sus límites físicos, sería necesaria la incorporación de robots. El tecnólogo añade que al “ejecutar maniobras más rápidas y espectaculares, aumentará la emoción de las carreras". Mis dudas tengo.
Con la utilización de realidad aumentada, un espectador podría ver un anuncio en un coche mientras que el está sentado a su lado podría ver otro completamente diferente, todo en función de las preferencias de cada uno. Esta tecnología unida a los videojuegos en línea, podrían provocar una carrera entre pilotos reales y espectadores a través de sus videoconsolas.
Otra funcionalidad es el desarrollo de la “piel activa”. Este dispositivo contaría con un conjunto de circuitos electrónicos impresos sobre la piel, que conectados a determinados nervios pueden captar y reproducir señales sensoriales para poder sentir las mismas sensaciones que el piloto.
Future Race Car Challenge
En paralelo a la publicación del informe, Dunlop ha lanzado Future Race Car Challenge un proyecto de diseño colectivo sobre los futuros coches de carreras. La marca de neumáticos anima a aficionados del motor a mandar ideas sobre el futuro de la aerodinámica, los motores, los frenos y los neumáticos a su perfil de Facebook: https://www.facebook.com/dunlop.espana.
Mientras que dura el evento, Dunlop publicará en la red social entrevistas con expertos de la industria que puedan servir de inspiración a los participantes. Una vez reunidas todas las ideas, un diseñador realizará un boceto final.
