El cambio de estación puede provocar desajustes en nuestro organismo. La llamada astenia primaveral, con sus efectos, pueden convertir la conducción en un acto peligroso.

Dicen los médicos que sólo influye en un dos por ciento de la población, pero con la llegada de la primavera, la astenia primaveral tiene también sus consecuencias negativas en la conducción.
Cambios de temperatura, más horas de sol y la llegada de las temibles alergias hacen que nuestro organismo se resista a tanto cambio. Durante los primeros días de la primavera algunas personas notas los efectos de la astenia primaveral: cambios de humor, alteraciones de sueño, fatiga… son síntomas que aparecen con la nueva estación y que influyen directamente en la conducción.

¿Cómo combatir la astenia primaveral?
Todos estos síntomas son pasajeros y la mejor manera para combatirlos es hacer ejercicio, al menos 30 minutos al día, llevar una dieta saludable y establecer unas rutinas durante el día.
El peligro de las alergias y la conducción
Pero lo más peligroso con la llegada de la primavera es la aparición de las alergias. No sólo por sus propios síntomas, sino por los efectos secundarios de los medicamentos que hay que tomar para combatirlas.
Los síntomas de las alergias son variados, pero los más peligrosos a la hora de conducir son el picor de ojos y los estornudos. Por poner un ejemplo, un estornudo equivale a 2 ó 3 segundos de pérdida de control del vehículo y si a eso le unimos la mala visión producida por el escozor ocular, el cóctel es peligroso.

¡Ojo con los medicamentos!
Para combatir las alergias típicas de la primavera lo más normal es que nos receten antihistamínicos y colirios. Si es así, deberás leer detenidamente los efectos secundarios ya que los primeros pueden darnos sueños y los segundos influir negativamente en nuestra visión.