En la segunda parte de nuestra prueba del SUV híbrido enchufable Mitsubishi Outlander PHEV, valoramos sus prestaciones, comportamiento, interior y su propuesta como coche para todo.

En la primera parte de nuestra prueba de este interesante SUV híbrido enchufable hemos visto cómo funciona y cuánto gasta el Mitsubishi Outlander PHEV. Ahora toca saber cómo es por dentro, cómo se comporta y la valoración real como coche para el día a día. ¿Es más interesante que un SUV diésel convencional?

Interior y calidad del Mitsubishi Outlander PHEV
El Mitsubishi Outlander PHEV se actualizó en enero y desde entonces se vende sólo con el acabado superior Kaiteki. En su interior esto se nota con una tapicería mixta de cuero y Alcantara con asientos realmente muy cómodos, envolventes, pero confortables desde el principio y tras un largo periodo. Son calefactables, pero no eléctricos. La postura es elevada de todocamino clásico. El volante podría tener algo más de regulación de profundidad y el tacto del aro es duro, mientras que la dirección eléctrica está bien compensada en dureza según aumenta la velocidad, buscando siempre el confort.

La instrumentación tiene un reloj que muestra la eficiencia y demanda de potencia en vez de cuenta revoluciones. Echamos en falta un testigo de motor térmico encendido para diferenciar visualmente con facilidad cuándo va en eléctrico y cuándo no. Esta información la puedes tener en la pantalla táctil del salpicadero, pero hay que navegar por los menús primero.

Las plazas traseras tienen una altura ligeramente superior que en la versión diésel para hacer sitio a las baterías y el depósito de combustible que está justo debajo, pero el alto techo deja espacio para la cabeza. Los asientos traseros exteriores son cómodos para adultos y el espacio para los pies es casi plano. El acceso a los enganches ISOFIX no es el mejor, pero viene de serie con ISOFIX adicional en la plaza del pasajero delantero. Por su parte, el “top tether” está demasiado cerca del borde superior del asiento. A favor tiene el fácil plegado de los asientos, dejando el suelo totalmente plano. El maletero, pierde un poco frente al diésel, pero cuenta con casi 500 litros, lo que no está nada mal y el portón tiene apertura eléctrica de serie.

El sistema multimedia de serie viene con pantalla táctil, navegador, cámara de visión trasera y función de visión 360º con vista cenital. En cuanto a seguridad y ayudas a la conducción, cuenta con control de tracción, control de crucero adaptativo, asistencia sonora y activa de mitigación de colisión frontal, control de aceleración no intencionada y alerta de salida de carril. Todo de serie.

Comportamiento del Mitsubishi Outlander PHEV
El funcionamiento de los motores eléctricos y del cambio de variador continuo dominan la experiencia al principio. El par de los motores eléctricos entra instantáneamente al acelerar fuerte desde parado y puedes salir de los semáforos como una bala. Realmente se nota y, como le llega la potencia a las cuatro ruedas, la aceleración es inmediata incluso en suelo resbaladizo.

El cambio CVT hace que el vehículo no retenga cuando soltamos el acelerador, esto permite reducir el consumo en conducción tranquila. Para contrarrestar, según el escenario (atasco, autopista, curvas, ciudad, rotondas…), el conductor puede elegir el nivel de retención de los motores eléctricos mediante las levas tras el volante.
La conducción es confortable, por suavidad de rodadura y refinamiento mecánico. Por ciudad es muy relajante porque prácticamente va en eléctrico la mayor parte del tiempo, rodando sobre una suspensión complaciente.

Es un SUV pesado para su tamaño, de casi dos toneladas en orden de marcha con pasajeros. Esto le permite tener una rodadura muy asentada y suave en carretera, como cualquier coche grande y caro. Esto repercute en la agilidad. Aunque va muy bien entre curvas, se nota el peso en los cambios de dirección rápidos y en las frenadas fuertes, sobre todo si no se juega con la retención eléctrica. No obstante, la comodidad es el factor dominante.

Prestaciones del Mitsubishi Outlander PHEV
Decir sólo que tarda 11 segundos para alcanzar los 100 km/h es ser injusto. Este dato poco importa en la conducción real. Lo que el conductor y los pasajeros sentirán en todo momento es la aceleración inmediata desde parado con una total serenidad gracias a los motores eléctricos y a la tracción total. Se mueve ligero por el tráfico urbano y sin aparente esfuerzo. En carretera, los cruceros a 130 km/h o incluso más los mantiene también sin pestañear, aunque anuncie sólo 170 km/h de velocidad máxima.

El único momento en el que pierde un poco la tranquilidad es cuando se le pide toda la potencia disponible. En este caso el motor de gasolina se revoluciona y mantiene el sonido constante debido al cambio de variador continuo. A la hora de adelantar en carreteras de doble sentido, basta con pisar a fondo, el sonido no es muy refinado, pero la aceleración no tarda en llegar.

Capacidad off-road del Mitsubishi Outlander PHEV
Mitsubishi es una marca con gran tradición de vehículos todoterreno y el Mitsubishi Outlander PHEV, aunque no sea un todoterreno, más bien un todocamino, ha sido construido para aguantar una conducción off-road ligera. Dicho esto, hay dos factores que juegan en contra del Mitsubishi Outlander PHEV y que salen a la luz en seguida: el peso de casi 1,9 toneladas y los neumáticos muy de asfalto. Para hacer las fotos de esta prueba pasamos un camino con zonas embarradas y en cuanto metimos las cuatro ruedas en un tramo blando se detuvo, el peso hundió el coche y los neumáticos no traccionaban. Dando marcha atrás y pasando con más inercia lo superamos, pero nos evidenció que no está preparado para una conducción off-road constante –como no lo está la mayoría de los SUV modernos- y sólo está indicado para circular de forma ocasional por pistas bien acondicionadas.

Donde promete buenas capacidades es en carreteras frías, nevadas y heladas. Con neumático de invierno, o un M+S todotiempo, y el modo 4WD Lock conectado, el Outlander PHEV ofrecerá seguridad y buena tracción ya que las cuatro ruedas reciben par de forma instantánea.

Relación precio/producto del Mitsubishi Outlander PHEV
A pesar de que el Mitsubishi Outlander PHEV se vende ahora sólo con el acabado superior Kaiteki, llegando a los 47.695 € con la pintura metalizada y los impuestos incluidos, Mitsubishi ofrece un descuento de 8.975 € para bajar el precio a 38.720 €. Con ello, antes del IVA se queda en 32.000, que es el límite para poder beneficiarse de los 3.700 € de ayuda del Plan Movea 2016. Por eso el precio final es de 35.020 €. Para ofrecer el descuento el Outlander PHEV Kaiteki ya no cuenta con algunos extras como los asientos eléctricos, el techo solar o el subwofer en el maletero.

Consideramos que el precio se queda realmente ajustado para el tipo de vehículo, cargado de tecnología, de gran tamaño y de terminación premium. Cuesta prácticamente lo mismo que un Discovery Sport o un BMW X3 con motores diésel, ofreciendo el plus del sistema híbrido, el coste de utilización bajo y unas prestaciones destacables. Comparado con otros enchufables de su precio, como el Audi A3 e-tron, probado en Auto10 o el Golf GTE, el Mitsubishi Outlander PHEV sale barato pues ofrece más coche, más habitabilidad, más confort y con el plus de la capacidad para salir del asfalto.

Más información: cómo funciona y cuánto gasta el Mitsubishi Outlander PHEV
Ficha Técnica
Mitsubishi Outlander PHEV |
|
Motor térmico |
Gasolina, 4 cilindros, 1.998 cm3 |
Potencia máxima |
120 CV a 4.500 rpm |
Par máximo |
190 Nm a 4.500 rpm |
Motores eléctricos |
2 motores de 82 CV (delantero 137 Nm y trasero 195 Nm) |
Potencia máxima conjunta |
203 CV |
Frenos del/tras |
Discos ventilados 294 mm /discos ventilados 302 mm |
Neumáticos |
225/55-18” |
Dimensiones exteriores |
4,69 x 1,80 x 1,71 m |
Capacidad depósito combustible |
45 l |
Capacidad del maletero |
498 l |
Velocidad máxima |
170 km/h |
Acel. 0-100 km/h |
11,0 s |
Consumo mixto |
1,8 l/100 km |
Emisiones de CO2 |
42 g/km |