Nadie piensa que puede dormirse al volante, pero esto es algo mucho más común de lo que uno pueda llegar a pensar. Te recomendamos cómo identificar síntomas de que te estás durmiendo y como evitarlos.

La conducción y el sueño son como un mono y dos pistolas: una combinación terriblemente peligrosa. Quedarse dormido al volante es evitable y debes aprender a conocer las señales que tu cuerpo te envía, de manera indirecta, para hacer una parada de descanso o, incluso, dormir durante unas horas antes de continuar.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR...
¿Cómo afecta el sueño y el cansancio a la conducción?
Si detectas algunos de los síntomas que te mostramos a continuación, detén el coche en un área segura, como un pueblo o estación de servicio, para caminar durante 20 minutos. Te servirá como método de activación y permitirá que conduzcas durante el tramo que te falta hasta llegar a casa. Repite este proceso cada vez que notes cansancio.
Síntomas de que te estás quedando dormido
Los ojos son los principales emisores de señales. Si notas pesadez en los párpados, picor o visión borrosa o doble, debes parar de inmediato para descansar. Otros signos claros son sentirse incómodo en el asiento, de modo que busques acomodo constante, bostezos continuos o una clara pérdida de atención.
Aunque antes que actuar, lo ideal es prevenir el sueño. Viajar descansado es lo ideal, de modo que no sufrirás fatiga en ningún momento. Hay métodos para lograrlo que no solo se consiguen mediante una cama, aunque un sueño reparador es siempre la mejor de las soluciones.

Por ejemplo, debes evitar tomar alimentos pesados antes de conducir. Esto aumenta la fatiga, ya que obligas a trabajar al estómago. Sí, amigos, comer cansa. Evita también bajar al garaje y subirte inmediatamente al coche: pasea durante unos minutos, de modo que todos tus sentidos se activen.
Si haces largas distancias de forma común, te recomendamos una dieta rica en hierro, elemento clave para reducir la fatiga. Una alimentación con buenas dosis de este componente reducirá la probabilidad de que te agotes.

Hidratarse es otra solución maravillosa. El agua es fundamental para que tengamos buena salud y, como no podría ser de otra manera, afecta a la conducción. Bebe un vaso de agua cada dos horas para mantener tus niveles de hidratación en un buen nivel. Esto último hila perfectamente con otro consejo: evita los estimulantes. Estos te producen una dosis de energía extra de manera inmediata, pero luego producen un efecto rebote, haciéndote sentir más cansado que antes de tomarte un café o bebida energética.
Por otro lado, las posturas al volante son clave. Espalda recta y ropa cómoda, de modo que la sangre fluya bien. Y, por supuesto, hacer una parada cada dos horas es ideal para descansar el cuerpo y la mente.