El Porsche 911 no dejó de evolucionar a lo largo de su historia, con mejoras importantes y constantes en diseño, motores y seguridad.

Historia del Porsche 911: 1973, un año de cambios clave
Diez años después de su presentación, el Porsche 911 experimentó una serie de cambios notables tanto en diseño como en motorizaciones.
Se presentaron versiones Cabriolet y Speedster, y se empezó a utilizar una carrocería galvanizada en todos sus modelos.
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Historia del Porsche 911: Primera generación
La cilindrada y la potencia no dejaban de crecer. El Porsche 911 de menos cilindrada ahora tenía los 2,7 litros del anterior RS. Poco después se aumentó a los 3.0 litros, y se alcanzaron los 3.2 litros en el año 1983.
Otro de los cambios fue la incorporación del Turbo en las versiones superiores. Bajo la denominación 911 Turbo se lanzó en 1974 una versión con 260 CV, que pasarían a los 300 CV tres años después. Este último, ya con 3.3 litros de cilindrada, sobrepasaba los 260 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en solo 5,2 segundos.

Historia del Porsche 911: seguridad a la americana
Pero la exigente normativa en Estados Unidos siempre ha estado ahí en la historia de este modelo. En este caso fue la normativa de seguridad la que obligó a montar un parachoques con perfil de goma que se podía comprimir hasta 50 mm sin afectar a otras piezas, y es que se tenía que pasar una prueba de colisión a 8 km/h sin que el coche sufriese daños. También incluía unos amortiguadores de impacto, accesorio que se ofrecía también en el resto de mercados.
Otros elementos de seguridad eran los cinturones de seguridad tres puntos o los reposacabezas integrados.
Esta generación estuvo a la venta entre 1973 y 1989 y se produjeron 198.496 unidades.