Para evitar que nos achicharramos cada vez que intentamos acceder a nuestro coche aparcado bajo el sol, los expertos indican estos consejos súper útiles para el verano.

Las altas temperaturas no nos dan tregua. Ante la desagradable situación de entrar en tu coche aparcado bajo el sol e intentar no cocerte sin desesperarte no hay solución sencilla… O puede que sí. Para poner remedio a los sofocos del verano, los expertos de Alquiber nos ofrecen una serie de útiles consejos para refrescar rápidamente el interior de nuestro coche.
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Aléjate de la radiación térmica
Sí, puede parecer una obviedad, pero es que no nos cansaremos de repetirlo. Si quieres evitar el recalentamiento de tu coche, no lo aparques al sol. Cuando estacionas tu vehículo bajo estas condiciones, la temperatura del interior puede ascender hasta los 70ºC en las horas de calor más intenso.

Aunque el protector del parabrisas es un gran aliado, no es la solución definitiva. Ojo, sí resultarás victorioso si tu plan es no quemarteal contacto con el volante, la palanca de cambio o la parte metálica del cinturón de seguridad. ¡Auch! Y es que solo de pensarlo… Duele.
Refrescar tu coche
Esta es la situación: “no hemos tenido más remedio que aparcar al sol y tenemos que salir con la máxima rapidez posible”. Ventilar el coche con el método de “abrir y cerrar puertas” es una solución clásica y logra disminuir la temperatura interior hasta en 8ºC -según los cálculos más optimistas, eso sí-.

Esta práctica consiste en abrir y cerrar una puerta con determinación cinco veces mientras se mantiene la ventanilla de la puerta opuesta completamente abierta. Si quieres duplicar el efecto, puedes pedir ayuda a otra persona con la otra puerta y la ventanilla restante.
Más ideas para refrescar tu coche
Existen otras soluciones que nos ayudarán a salir airosos (no, no había otro término más acertado para este caluroso tema) ante este escenario:
- Colocar trapos o toallas en las rejillas de ventilación y mantenerlos permanentemente húmedos.
- Dejar bolsas de hielo impermeables en el suelo del habitáculo. Contribuirán a refrescar un poco, especialmente en trayectos cortos.
Además, la clásica idea de bajar las ventanillas y enfrentarse al ruido y al aumento de gasto de combustible encuentra una alternativa mucho más atractiva de mayor confort y que azota menos el bolsillo: encajar en las ventanillas levemente abiertas una botella de plástico cortada por la mitad con la boca dentro del coche.

Así, una vez en marcha, la fuerza del viento es capaz de comprimir y descomprimir el aire al pasar por el cuello de botella, perdiendo de paso unos grados al entrar en el interior del coche.
¿Conoces algún truco casero útil para refrigerar el interior de tu coche? Compártelo en los comentarios, te leemos.
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