El compacto alemán dice adiós tras siete años de producción. En su lugar, en Dresde se producirá el nuevo Volkswagen ID.3 de acceso, que promete un precio inferior a 30.000 euros.

El Volkswagen e-Golf dice adiós tras siete años en el mercado. La llegada del nuevo Volkswagen ID.3 y la aparición de una nueva generación del Golf han generado que el compacto 100% eléctrico desaparezca del mercado.
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Su sustituto en Dresde, la fábrica donde el Volkswagen e-Golf siempre se ha producido, será la versión más básica del Volkswagen ID.3, con el que la firma alemana pretende dar un salto de gigante en cuanto a electrificación.

El pasado 23 de diciembre, el último Volkswagen e-Golf salió de fábrica, la unidad 50.401 desde que en 2017 arrancara su producción en Dresde y 145.561 en total. Buenas cifras para tratarse de uno de los padres de la electrificación en Europa.
A finales de enero será cuando Volkswagen haya readaptado su fábrica para arrancar la producción del ID.3 más económico de su catálogo. Si logra estar, como promete, por debajo de los 30.000 euros, será un quebradero de cabeza para sus rivales: al fin y al cabo, por ese precio la competencia ofrece coches de un segmento menor (este pertenece al C), por lo que estamos ante un eléctrico muy interesante.
El Volkswagen ID.3 cuenta con una forma de producirse muy particular, ya que toda la maquinaria debe adaptarse a la plataforma MEB, la piedra angular del proyecto de electrificación en Volkswagen.

Esto supone una profunda transformación, algo que Volkswagen ya hizo en Zwickau, su cuartel general para coches eléctricos. Ahora será Dresde quien se adapte a la nueva forma de producir vehículos libres de emisiones.
De esta forma, se dice adiós a uno de los primeros coches eléctricos a los que pudimos considerar “serios” y adaptados a los requisitos de los clientes, más allá de una simple tentativa de introducirse en la tecnología 100% eléctrica.