Apurar las pastillas de freno no es ahorro, puede causar un accidente, pero un uso correcto del sistema de frenada del vehículo puede ayudarnos a prolongar la vida útil de los materiales.

El sistema de frenada es uno de los más importantes del vehículo. Un mantenimiento incorrecto, apurar las pastillas o elegir un equipo de mala calidad pueden traducirse en un mal funcionamiento cuando más lo necesitemos.
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Pero no solo cambiar periódicamente la frenada ayudará a mejorar nuestra seguridad al volante, un cuidado correcto puede prolongar la vida útil de nuestros frenos además de ayudarnos a ahorrar en las revisiones periódicas del vehículo. Aquí van algunos consejos con la ayuda de Alquiber para proteger el sistema de frenos durante su uso.
Conducción suave y sin abusar de los frenos
El tipo de vehículo influye en el desgaste de los frenos, coches de mayor tamaño o peso necesitan un kit de frenos más grande que permita detener una masa en movimiento mayor y más pesada respecto a un utilitario de poco más de 1.000 kgs, por ejemplo. Pero no solo el tipo de coche depende del desgaste de los frenos.

Conducir de forma brusca se traducirá en un desgaste más acusado de las pastillas o los discos, los componentes que antes se desgastan. En descensos pronunciados como por ejemplo, bajando un puerto, es mejor usar el denominado freno motor, que consiste en utilizar marchas más cortas para evitar calentar en exceso los frenos si los usas de manera continuada durante varios kilómetros.
Circular por una u otra vía
Si nuestro vehículo circula por zonas urbanas con mucha pendiente o áreas montañosas notaremos un desgaste mayor respecto a si el uso que le demos a nuestro coche se da mayoritariamente en autovías o autopistas llanas. Tendremos que tener en cuenta que dependiendo del lugar por el que conduzcamos con mayor asiduidad hará que nuestros frenos se desgasten o no se desgasten de forma prematura.
Ojo a las señales
En la actualidad la mayoría de los vehículos nuevos llevan un sistema que avisa al conductor de que es necesario un cambio de pastillas debido al desgaste pero nuestro coche también puede mandarnos señales que pueden pasar desapercibidas si desconocemos ciertos aspectos mecánicos. Si el pedal ya no se siente como siempre, es decir, si baja demasiado hasta el fondo o está demasiado blando, podríamos tener un avanzado desgaste de las pastillas o bien, aire en el circuito hidráulico, respectivamente.
Los frenos se purgan con el objetivo de eliminar cualquier burbuja de aire en los conductos por los que pasa el líquido de frenos desde el depósito hasta las pinzas de freno y así deben mantenerse hasta el próximo cambio de discos o pastillas, momento en el que debe purgarse de nuevo. Si el volante vibra puede ser un síntoma de discos alabeados, que las ruedas no están equilibradas o que alguna pieza del sistema de frenos está en mal estado.

Los chirridos pueden aparecer justo después de cambiar las pastillas de freno (algo completamente normal que ocurre hasta que “se asientan”) o, por otra parte, cuando es conveniente cambiarlas por un avanzado desgaste. Algunas partículas metálicas u óxido pueden interferir en el sistema y provocar una avería.
La mejor solución es que en caso de duda acudamos a un taller profesional donde revisen al completo el sistema de frenada del vehículo, los latiguillos, los discos, las pastillas, el depósito, las pinzas de freno… Todo, para asegurarnos que no van a fallar cuando sean necesarios.
Utiliza las pastillas y discos de frenos adecuados
Las cajas y pastillas deben ir marcadas con la homologación ECE R-90, garantía de que se cumplen las normativas. Los frenos son una parte imprescindible del vehículo y la seguridad no es un aspecto en el que ahorrar de forma extrema sea lo más recomendable. El ahorro responsable se basa en utilizar recambios de buena calidad y usarlos de la manera más correcta posible.

Tampoco utilizar frenos más grandes es siempre sinónimo de mejora, porque quizá no correspondan con el tamaño de tu llanta y tengas que repetir el proceso de cambio de piezas con la frenada correcta o cambiar la rueda al completo por un juego equivalente de mayor tamaño. Acude siempre a profesionales que trabajen con marcas y productos que den garantía.
Revisiones periódicas
Como ves no existe un número mágico que nos diga cuándo es momento de cambiar los frenos del coche, todo depende del uso que hagas del pedal central. El mantenimiento preventivo es fundamental, ya que prolongar la vida útil de las pastillas puede conllevar mayor distancia de frenado, que no respondan cuando deben o que deterioren otros elementos con el roce como por ejemplo, cuando la pastilla está excesivamente gastada y raya el disco de freno.

Los fabricantes marcan un límite de dos años o 40.000 kms para cambiar el líquido de frenos de tu coche, cuando es probable que haya perdido propiedades a causa de la degradación pero no está de más que cada vez que el vehículo visite el taller se revise el estado de los frenos para asegurarnos de un correcto funcionamiento en cualquier circunstancia.
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