La segunda gran apuesta eléctrica de Nissan nos trae con este Ariya un SUV distinguido, con calidad interior y buen andar en carretera.

Pese a que se presentó en 2020, por una serie de infortunios no fue hasta el 2022 cuando pudimos empezar a ver al Nissan Ariya por nuestras carreteras. Este SUV de 4,59 metros de largo (1,85 m de ancho y 1,66 m de alto) se convirtió en el segundo modelo completamente eléctrico de la marca japonesa, pero como te comentaré a continuación, llegó con una filosofía muy diferente a la del conocido Nissan Leaf.
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Prueba Nissan Ariya: un diseño distinguido
La primera gran diferencia que encontramos en este Nissan Ariya respecto al pionero eléctrico de la marca conocido como Nissan Leaf es que se trata de un modelo mucho más distinguido. Tanto que si en vez de aparecer los logos de Nissan se hubieran presentado los de Infiniti, su marca premium, no nos hubiera extrañado nada.

Sus formas grandes y voluptuosas también me recuerdan en cierta manera al extinto Nissan Murano, un modelo que quizás tuvo más aceptación al otro lado del Atlántico. Y claramente el color negro escogido para esta unidad de pruebas le aporta mucha elegancia, pese a que su nombre sea “Ninja Black” (cuesta 900 euros). Tampoco son de serie las llantas, incluidas dentro del “Sport Pack” que cuesta 2.500 euros y te añade la tapicería de piel nappa que puedes ver en las fotos del interior.
Con ese último comentario me introduzco en el interior del Nissan Ariya, otro claro ejemplo de ese salto de nivel que remarco de este coche frente al resto de la gama. Los materiales utilizados son más refinados, con detalles distinguidos que mezclan la tradición japonesa en puertas o justo debajo del salpicadero, este iluminado, con otros modernos como la inclusión de botones hápticos en la pieza que queda por debajo de la pantalla multimedia. Y todo con ajustes de primera.

También son de calidad estos asientos azulados que vienen con el Sport Pack, que tienen un agarre normal y que están situados altos. Me resulta desde aquí cómoda la posición de todos los botones, incluidos los del volante, y me gustan también los integrados en la consola central, de nuevo hápticos como los comentados anteriormente. Dicha consola se desliza de forma eléctrica para poder “jugar” a tener más espacio en la parte delantera o trasera y en su interior se esconde el cargador inalámbrico para que no tengas la tentación de mirarlo mientras conduces.
En términos de digitalización se nota en este Nissan Ariya el esfuerzo de la marca en sus últimos lanzamientos. Lo aprecié en la multimedia, de gran tamaño, y que cuenta con una interfaz a base de “widgets” que son personalizables. Solo quizás los gráficos del mapa den la sensación de algo antiguos, comparado con el resto, pero me gustó que te marcara en él la distancia que puedes recorrer con la autonomía disponible. El panel de instrumentación es el que en su día estrenó el Nissan Qashqai, también de buena calidad y que se mueve rápido. Y completa este particular trío un Head-up Display, de diseño limpio y que se ve bien mientras conduces.

Después de realizar todo este análisis de la parte delantera del Nissan Ariya me percato que la visibilidad por la luneta trasera es reducida por el tamaño de ésta, problemas de diseño que surgen al apostar por una silueta de SUV coupé. Lo bueno es que tienes a tu favor es que este modelo puede contar con un retrovisor interior por cámara, aumentando tu campo posterior, aunque aparcando se puede perder la referencia porque todo parece más cerca de lo que realmente está.
Cerrada esta zona del habitáculo del Nissan Ariya me paso a las plazas posteriores. El espacio para las piernas me pareció suficiente, pero si es verdad que comparados con sus rivales directos se queda en la cola con el Toyota bZ4x en cabeza. Mejor resultado obtiene en anchura, superado sólo por el citado modelo japonés por poco, con un suelo plano que permite aprovechar mejor la plaza central, mientras que en altura, de nuevo no volver a estar mal, pero en este caso no llega al Skoda Enyaq que es la referencia.

Y en cuanto al maletero de nuestro protagonista, no destaca mucho por su tamaño. Si es una variante de tracción delantera como la que ves en estas fotos dispone de 468 litros, pero los de tracción total bajan a 415, por lo que sólo supera al Toyota bZ4x, quedando lejos de los 585 litros del Skoda Enyaq. Su espacio queda dividido por una bandeja, pudiendo utilizar la parte baja para guardar los cables como se ve en la imagen.
Prueba Nissan Ariya: un caminar de categoría
Además de toda esta subida de nivel que he resaltado de este Nissan Ariya frente al resto de la gama en el apartado estético y tecnológico, también se refrenda en su comportamiento dinámico. El chasis configurado para este SUV eléctrico lo que ha querido es primar la comodidad, pero luego se defiende bastante bien en curva sin balanceos molestos. A la dirección quizá le faltaría transmitir un poco más, pero es más directa que algunos modelos competidores, mientras que a la frenada, teniendo en cuenta que tiene regeneración, hay que ponerla buena nota.

Mi unidad de prueba contaba con la motorización de 178 kW (242 CV), que es la segunda más potente de la gama y que siempre va asociada tanto a la tracción delantera como a la batería de 87 kWh. Pues tras el tiempo que compartí con él puedo afirmar claramente que la potencia disponible es más que suficiente para mover al conjunto con holgura, sin necesitar una tracción total que para muchos conductores sólo les restará espacio en el maletero.
Ya que he abierto la veda de los consumos, con este Nissan Ariya he conseguido en recorridos favorables bajar hasta 16,9 kW, mientras que circulando mucho por vías rápidas subía hasta 21,9 kW. El resultado final de toda una semana, mezclando todo tipo de recorridos fue de 21,2 kW o lo que es lo mismo, una autonomía de unos 410 kilómetros (el homologado son 533 km, siendo esta la versión con mayor rango de toda la gama).

Para aquellos que sean más estudiosos de lo que pasa con su coche, el Nissan Ariya siempre te dará la información de cuanto has consumido y los kilómetros regenerados a finalizar cada recorrido. Con el fin de mejorar esas cifras tenemos a nuestra disposición dos modos de regeneración diferentes. Por un lado está la “B” de la palanca, que resta poco empuje al coche y consigue recuperar bastante energía, y por otro el “e-Pedal” famoso de Nissan (un botón en la consola central), que aquí ya frena bastante el avance y utiliza los frenos de una manera algo más brusca, por lo que hay que cogerle el tranquillo para soltar con suavidad el acelerador.
Otra posibilidad de personalizar el comportamiento de este Nissan Ariya nos la ofrecen los modos de conducción. Empezando por un Eco que no se nota mucho que limite al coche, pasando después al Standard más equilibrado y terminando con el Sport, que le da un tacto a la dirección mejor que el antes indicado y la suspensión también adquiere un matiz más duro.

Terminada la prueba dinámica de este Nissan Ariya llega el turno de cargarlo. Los ingenieros han dejado una luz en el salpicadero que se pone de color azul cuando empezamos a rellenar la batería. En un enchufe casero indicaba que tardaría 27:32 horas en pasar del 33 al 100% contando que con este acabado tiene un cargador embarcado de 22 kW, mientras que en uno de 50 kW pasó del 20 al 100% en 105 minutos (en corriente continua alcanza los 130 kW)
Prueba Nissan Ariya: ¿qué versión escoger?
Si nos fijamos en la oferta comercial de este Nissan Ariya encontramos que su gama se divide actualmente en cuatro acabados: Engage, Advance, el Evolve de nuestra unidad de pruebas y el Evolve+. Repasando la dotación de cada uno de ellos, a mí el que me resulta que tiene la mejor combinación precio/equipamiento es el Advance, que además permite siempre descontarte el Plan MOVES III.

Otro de sus puntos positivos que me invitan a elegirle es que cuenta con tres de las cuatro configuraciones posibles que podremos encontrar en este Nissan Ariya (la más potente está reservada para el Evolve+). Dentro de ellas yo me decantaría por la batería de 87 kWh y el motor probado de 178 kW (242 CV) que parte de los 48.510 euros, lo que son 5.500 euros más que con la pila de 63 kWh. Por encima, 3.000 euros más en concreto, queda el que equipa la tracción total 4ORCE, que como he dicho te restará maletero y pese a su aumento de potencia (225 kW ó 306 CV) ofrece menos autonomía.
Prueba Nissan Ariya: su competencia
A lo largo de esta prueba ya te he ido apuntando alguno de los competidores directos de este Nissan Ariya. Para mí es un poco más distinguido que los Volkswagen ID.4 y Skoda Enyaq, que ofrecen un habitáculo más grande y una gama de motores más reducida (dos el alemán y tres el checo). De precio, el primero con el acabado Pro (más potente, batería más pequeña y más autonomía) parte de los 48.015 euros, mientras que en segundo con la misma parte mecánica, pues comparten plataforma, comienza en 52.800 euros en su versión 85.
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Otra opción a tener en cuenta podría ser el Toyota bZ4x. Superior en habitáculo pero no en maletero, también tiene un punto menos de calidad interior. Sólo ofrece dos motores y con su acabado Advance (el de acceso) más la variante 220E de 160 kW (218 CV) se queda en 45.000 euros. También su autonomía es más baja que la de nuestro protagonista.