En primavera hay muchos factores que afectan a la conducción de diferentes maneras. Te damos 10 consejos para que no disminuya tu seguridad mientras conduces.

En primavera la climatología suele ser muy cambiante: amanece con un sol reluciente y acabamos el día con la gran tormenta. Además, hay un mayor movimiento de animales e insectos, y de crecimiento y floración de las plantas, con un aumento del polen en el ambiente.
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Pero no solo los factores naturales inciden en el tráfico, también es una época en la que aumentan los desplazamientos, sobre todo para escapadas de fin de semana, y donde se celebran muchos eventos. Desde Carglass España nos mandan unos consejos para hacer más segura la conducción en esta época del año.
1. Conducir en primavera: cambios de luminosidad
En primavera podemos vivir las cuatro estaciones en un mismo día, con cielos encapotados, mucho sol e incluso granizadas. Llevar unas buenas gafas de sol en el cochey saber usar los parasoles nos ayudará a tener una mejor visión y la vista más descansada. Nunca hay que usar el líquido y los limpiaparabrisas con el sol de cara, porque durante un largo instante no veremos casi nada. Este efecto se acentúa, en gravedad y tiempo, con unas escobillas desgastadas.
Es una de las épocas del año con más precipitaciones y la reducción de visibilidad es uno de los principales causantes de los accidentes en esta época. Incluso con los limpiaparabrisas en funcionamiento, la falta de uniformidad de la capa de agua sobre el cristal explica la mayor parte de la reducción de la visibilidad. Este efecto se multiplica si llevamos unas escobillas en mal estado o si el parabrisas sufre desperfectos (impactos, grietas, arañazos). La aplicación de un tratamiento antilluvia hace que las gotas de agua apenas toquen la superficie del cristal, formando “perlas” que ruedan rápidamente por el parabrisas hasta desaparecer. Por otro lado, y como sucede en verano, cuando llueve y el asfalto está muy caliente sale de él un vapor que también puede afectar a una buena visibilidad.

3. Crece la vegetación
Las plantas comienzan a crecer y pueden dificultar la visibilidad. Hay que estar atentos a estos cambios en nuestros recorridos diarios, en los que nos puede aparecer un coche, moto, ciclista o peatón “de la nada”, porque estaba oculto tras la vegetación. Por otro lado, los frutos y las resinas pegajosas de algunos árboles pueden caer sobre el parabrisas cuando estamos estacionados, y son difíciles de limpiar.
Los alérgicos saben bien cómo les puede afectar a la visión (lagrimeo) y en los estornudos: hacerlo durante cinco segundos seguidos a 90 kilómetros por hora implica dejar de prestar atención a la carretera durante más de 125 metros. Hay que revisar el filtro antipolen de nuestro coche y estar atento a la medicación contra las alergias, porque puede producir somnolencia. Además, también se puede crear una capa de polen sobre el parabrisas que hay que limpiar bien.

5. Los animales en la carretera
Si nos topamos con uno, y aunque suene duro, es mejor atropellarlo antes que realizar una maniobra peligrosa que pueda provocar un vuelco o una salida de carretera. Solo si el animal es muy grande (una vaca, caballo o ciervo), puede merecer la pena intentar una maniobra evasiva para evitar un impacto peligroso.
6. Más pájaros
Con los pájaros sucede lo mismo. Si se van a chocar contra el parabrisas hay que mantener la cabeza fría y no mover el volante: el cristal aguantará el impacto y solo nos llevaremos un susto. Otro efecto secundario de las aves se produce cuando aparcamos debajo de un árbol, en forma de excrementos que son difíciles de limpiar (incluso con los limpias y el líquido) y dificultan la visión.

7. Y más insectos
En primavera aumenta el número de insectos que acaban estampados contra el parabrisas. Hay que usar los limpiaparabrisas con regularidad para no comprometer la visibilidad, y evitar que los restos de los insectos se sequen y dañen las escobillas. Y si esto no es suficiente, hay que parar en una estación de servicio para limpiar el parabrisas a fondo.
Al igual que puede estar una semana lloviendo, en primavera también se pueden suceder muchos días secos. Y con ellos, aparece el polvo en suspensión. Este polvo se adhiere a los cristales y reduce la visión. Es importante elegir bien cuándo usar los limpiaparabrisas para limpiarlo, porque el barro que se forma en el parabrisas y los reflejos de la luz nos dejarán a ciegas unos segundos.

Cuando llega el buen tiempo aumentan las salidas de fin de semana, y con ellas, el tráfico en carretera. Como siempre, se recomienda paciencia al volante y comprensión con aquellos conductores que no están acostumbrados a circular por carreteras desconocidas.
10. Época de eventos
Bodas, bautizos, comuniones, reuniones familiares… En primavera comienza el “festival” de eventos, que se pueden traducir en largas caravanas de familiares y amigos por las carreteras; y en conductores que circulan bajo los efectos de alguna copita de más. Olvídate del alcohol y poneros de acuerdo para hay uno de vosotros sea el que ese día esté a refrescos.
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El consejo 5 no puede ser mas nefasto. Atropellar a un animal, debe ser la última opción y cuando no hay otra posibilidad. Pero antes de atropellarlo, existe la opción de intentar frenar, y una vez reducida la marcha si es posible intentar esquivar, pero decir directamente que lo mejor es atropellarlo, demuestra muy poco como ser humano y como conductor.