La marca deportiva española ha rediseñado el coche con el que participa en la Extreme E, aportándole su ADN y varias soluciones sostenibles.

El 3 de abril de este año comenzó una nueva competición en el mundo automovilístico, la Extreme E. Y ahora que nos encontramos a falta de una prueba para su finalización (18-19 diciembre en el Reino Unido), las marcas están empezando a pensar en la próxima temporada. Una de ellas es CUPRA, que ha reinterpretado el Spark Odyssey 21 con el que compiten actualmente para convertirlo en el Tavascan Extreme E Concept.
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Parece ser que desde la organización de la Extreme E han permitido a los equipos desarrollar sus propios diseños para los coches, un motivo más para utilizar la competición como escaparate de marketing. Más si hablamos del CUPRA Tavascan, el futuro SUV eléctrico de la marca española que no llegará antes del 2024 a nuestro mercado.

Ahora bien, desde la propia CUPRA nos avisan que en este modelo de competición puede haber muchos detalles de diseño que nos lleven a esa futura versión de calle. Desde luego el capó aerodinámico no será, pero quizás podríamos encontrar un sistema de iluminación parecido con formas triangulares tanto para la parte delantera como para la trasera. Sin duda es repetir la misma fórmula que en el CUPRA UrbanRebel Concept, creando un prototipo que suba la expectación sobre el futuro vehículo de producción.
El CUPRA Tavascan Extreme E Concept de competición
Dejando el diseño de este CUPRA Tavascan Extreme E Concept atrás, hay una serie de soluciones en el vehículo con las vistas puestas en la competición. Por ejemplo, la iluminación se ha integrado en un marco impreso en 3D, de forma que podrían fabricarse una nueva en caso de daño en apenas seis horas. Incluso, dado la variedad de terrenos por los que se compite en estas pruebas, se podría modificar su diseño para mejorar la iluminación del coche.

Otra solución, en este caso buscando la sostenibilidad, es la utilización de fibras de lino para la realización de los paneles de la carrocería. De esta manera, se sustituyen los componentes de fibra de carbono que se utilizan actualmente, reduciendo el impacto del vehículo de competición para el medio ambiente. Desde CUPRA aseguran que este material permite que los ingenieros trabajen de la misma forma, sin perjuicios en el rendimiento, y que incluso pueda ser llevada algún día a los coches de producción.
También se ha querido destacar por parte de la marca la decoración para la carrocería. Según nos comentan “ayudará a destacar en todo tipo de terrenos, independientemente de que compita en el Ártico, en lugares desérticos o cerca de glaciares y océanos.” Como claves podríamos decir que se utiliza el cobre típico de la marca, así como texturas paramétricas y el logo de CUPRA con efecto 3D. Ante esto la piloto Jutta Kleinschmidt ha declarado. “¡Me encantaría competir lo antes posible con esta nueva versión!”.
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