Las diferencias son claras, pero no todo el mundo tiene estos conceptos bien asimilados. Es por eso que aquí os mostramos cómo es cada tecnología y en qué se diferencian entre sí.

Hace años, el debate entre gasolina o diésel era bien sencillo. Pero ahora, la variedad de tecnologías es enorme, lo cual crea enormes incógnitas en el consumidor. Dudas que os venimos a resolver. ¿Sabéis las diferencias entre un eléctrico y un híbrido enchufable? ¿O cómo se distingue a un híbrido de un microhíbrido? Vamos con ello.
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Los coches eléctricos son difíciles de remolcar
Híbrido de 48V gasolina y diésel (MHEV)

Se trata de coches que llevan un sencillo sistema de 48 voltios que permite a un coche de combustión reducir sus consumos y emisiones ligeramente. Al ser un tipo de hibridación, desde la Unión Europea les dan la etiqueta ECO, por lo que para las marcas es una forma económica de crear coches con esta etiqueta tan deseada, sobre todo en las ciudades. Se puede combinar con gasolina y diésel, mientras que la carga eléctrica simplemente ayuda a que el propulsor principal trabaje de manera más relajada.
- No permite conducir en modo 100% eléctrico
- Más barato (para marca y cliente) que cualquier otro tipo de electrificación
- Aportan un pequeño extra de potencia
- Permite que el sistema Start and Stop funcione de una manera más suave
Ejemplos: Suzuki Jimny, Volkswagen Golf, Hyundai Tucson o nuevo Seat León.
Híbrido (HEV)

Los híbridos son el siguiente paso. Estos cuentan con una batería muy pequeña para almacenar energía mediante las frenadas regenerativas y después usarla para impulsar el coche en modo 100% eléctrico durante un breve periodo de tiempo o ayudar al motor de combustión a trabajar más relajado. Como gran ventaja, cuando el consumo de gasolina se dispara en un atasco, en el caso de los híbridos se reduce.
- Reducen las emisiones y el consumo un 30%
- Pueden circular menos de cinco kilómetros en modo 100% eléctrico
- La batería no se puede recargar enchufándola a la red
- Cuentan con la etiqueta ECO de la DGT
Ejemplos: Toyota C-HR, Ford Mondeo, Kia Niro, Subaru XV o Renault Clio.
Híbrido enchufable (PHEV)

Los híbridos enchufables son el equilibrio perfecto entre un coche de combustión y uno eléctrico. Porque es posible recorrer distancias medias en modo cero emisiones y al mismo tiempo, hacer largos viajes sin preocuparse por la autonomía. Casi todos estos modelos superan los 50 km de autonomía, lo que les permite recibir la etiqueta cero emisiones de la DGT. Eso sí, para disfrutar de todas sus ventajas es necesario enchufarlo a la corriente a diario, mejor si es mediante el uso de un wallbox, ya que tardará menos.
Son ideales para ir y volver del trabajo sin gastar una gota de gasolina. ¿Lo malo? Que los consumos de combustible se disparan en viajes largos. El peso de los híbridos enchufables es muy superior al de los coches de combustión, por lo que el coche, una vez se queda sin autonomía eléctrica, tiene un lastre de 300 kg que únicamente mueve el propulsor de gasolina. Pero no es un problema si viajas de forma poco regular, ya que con lo que ahorrarás en tus movimientos diarios, te sobrará dinero para repostar en una estación de servicio.
- Consumos muy bajos o casi nulos en ciudad
- Pueden circular en modo eléctrico entre 50 y 80 kilómetros con una carga
- Etiqueta Cero Emisiones de la DGT
- Permiten a su dueño sentir que tienen un eléctrico en ciudad sin temor a la autonomía
Ejemplos: Skoda Superb, Mitsubishi Outlander, Opel Grandland X o Mini Countryman
Coche eléctrico (EV)

Los coches eléctricos, como os hemos contado, siempre han estado en la cabeza de los ingenieros, pero es ahora cuando hay tecnología suficiente para fabricarlos en masa y obtener una rentabilidad de ellos. Son coches que no usan gasolina y cada vez su autonomía es mayor, ya que los hay que superan los 600 kilómetros. Pero se enfrentan a cuatro problemas: su precio, la autonomía, los tiempos de carga y la falta de infraestructura en muchos países, entre ellos el nuestro.
Porque es cierto que los coches eléctricos superan los 600 kilómetros de autonomía, pero esta baja drásticamente cuando hacemos viajes de larga distancia por autovía. A altas velocidades, estos coches consumen mucha más electricidad, obligando en la mayoría de casos a parar a recargar en algún punto del viaje.
Por otro lado, el gasto en combustible es nulo y la electricidad es mucho más barata que el diésel. Son muy sencillos a nivel mecánico, por lo que son menos proclives a averías y además, desgastan mucho menos las piezas de desgaste como los frenos.
Con la llegada de cada vez más modelos y cargadores, la demanda está creciendo de forma paulatina. En unos años, será posible moverse por Europa sin emitir un gramo de CO2.
- Etiqueta cero emisiones de la DGT
- Autonomías que van de los 200 a los más de 600 kilómetros
- Mantenimiento muy barato y un gran ahorro en combustible
- Tiempos de recarga lentos
Ejemplos: Renault ZOE, Jaguar e-Pace, Audi e-tron, Seat Mii o Hyundai Kona
Pila de combustible de hidrógeno

De momento hay pocos modelos en el mercado, aunque hay marcas como Hyundai que están apostando firmemente por esta tecnología. Sin duda, son el futuro del motor si quiere ser eficiente para el conductor y cero emisiones.
El coche impulsado por pila de combustible de hidrógeno utiliza un motor eléctrico bajo el capó y genera electricidad mediante una reacción química que se produce con el hidrógeno. Esto permite que el vehículo solo emita vapor de agua por su tubo de escape.
La gran ventaja frente a los eléctricos es que además de prometer una gran autonomía (el Hyundai Nexo permite recorrer 666 km), pueden repostar en apenas cinco minutos, ya que llenar el depósito de hidrógeno es una operación similar a la de echar gasolina.
Además, al generar energía dentro del propio coche, no es necesario utilizar baterías de alta capacidad, reduciendo así el peso del vehículo. ¿Cuál es el problema? Que las quejas sobre infraestructuras del coche eléctrico son una broma al lado de las hidrolineras: en España se cuentan con los dedos de una mano, ya que su instalación es muy cara y la demanda de esta clase de vehículos en España es casi nula.
- Etiqueta cero de la DGT
- Cero emisiones y tiempos de repostaje muy bajos
- Mantenimiento económico
- Infraestructura casi inexistente
Ejemplos: Toyota Mirai y Hyundai Nexo