Durante las condiciones climatológicas adversas es importante extremar las precauciones y seguir estos consejos para frenar de manera segura incluso frente a la lluvia intensa

Para muchos conductores conducir cuando llueve en mayor o menor medida es todo un desafío. No todos recorren miles de kilómetros al mes y hay bastantes usuarios que están menos familiarizados con las precauciones que se deben tomar a la hora de frenar en condiciones meteorológicas adversas. Desde Auto10 recogemos algunos consejos que te permitirán frenar con seguridad durante la lluvia.
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Cuando empieza a llover
Recomendamos extremar las precauciones cuando comienza a llover aunque sean, como se dice comúnmente, “cuatro gotas”. Incluso cuando se trata de lluvia ligera afrontamos riesgos debido a que las primeras gotas de lluvia que entran en contacto con el asfalto se mezclan con restos de barro y suciedad que se acumula en la superficie de la calzada.
De esta forma es más fácil que los neumáticos pierdan la adherencia al entrar en contacto con los primeros signos visibles de humedad ¿Qué deberíamos hacer?

Pues en este caso las recomendaciones son básicas: aumentar la distancia de seguridad que guardamos con el vehículo que nos precede, activar los limpiaparabrisas y los espejos retrovisores con espejo calefactable si nuestro coche los tuviera para mejorar al máximo posible la visibilidad, encender las luces del vehículo y evitar en la medida de lo posible movimientos bruscos tales como acelerar o frenar a fondo y dar “volantazos”.
Cuando sufrimos una situación de aquaplaning
Si la lluvia es persistente y se acumulan balsas de agua de gran superficie en la carretera podemos sufrir un fenómeno conocido como aquaplaning. El aquaplaning se produce cuando el neumático no es capaz de evacuar el agua suficiente que se encuentra en la carretera a través de las acanaladuras del dibujo, lo que provoca que, durante unos instantes, “flote” literalmente sobre una película de agua. Esta es una situación común que nos puede hacer perder el control sobre el vehículo y degenerar en un accidente de tráfico.

Las posibilidades de que aparezca aquaplaning son directamente proporcionales a la velocidad a la que circulas (cuanto más rápido, más difícil es evacuar el agua), y también dependen del neumático: cuanto más ancho sea y menor profundidad de dibujo quede, será más fácil que aparezca el aquaplaning. Igualmente influye la presión de inflado de las ruedas.
Si notas que tu coche atraviesa una balsa de agua y pierdes tracción en los neumáticos nunca, repetimos, nunca sueltes el volante. En primer lugar, mantén la calma, es algo que acontece de forma muy común y existe una manera de atajar la situación de manera segura. Sujeta el volante con firmeza y evita los movimientos bruscos. Si te encuentras tomando una curva puedes corregir la dirección de forma leve o incluso frenar ligeramente, evita frenar a fondo y de forma brusca aunque tu coche tenga sistema ABS (todos los coches nuevos obligados por ley a equipar ABS desde 2003).

Es difícil evitar que ocurra al 100% pero es posible reducir las probabilidades de que tu vehículo sufra de aquaplaning. Dos formas de controlarlo: vigilar el estado de tus neumáticos y las presiones de forma regular. Un neumático desgastado tiene una tendencia a perder el control por aquaplaning mucho mayor de la que tendría el mismo neumático en perfecto estado.
Frenar ante una retención en lluvia
En primer lugar, a menos que sea estrictamente necesario, evita frenar a fondo para reducir el riesgo de que el vehículo comience a patinar. Teóricamente el ABS evita que las ruedas se bloqueen durante una frenada de emergencia repartiendo la frenada de forma equilibrada a las cuatro ruedas pero, en condiciones atmosféricas adversas, tu vehículo podría deslizarse perdiendo el control con una sencillez pasmosa.
En su lugar sigue estos consejos: si empieza a llover mantén una distancia suficiente para asegurar que ante una frenada de emergencia puedes evitar el alcance. A mayor velocidad, mayor distancia. Esto nos permite prevenir el accidente en caso de que se de una frenada de emergencia y además aconsejamos vigilar con frecuencia si el vehículo que nos sucede, es decir, el que va justo detrás, mantiene la misma distancia de seguridad con el fin de impedir el golpe.

No hay forma posible de avisar a los conductores que circulan detrás que es conveniente guardar una distancia de seguridad superior cuando llueve pero sí una manera de alertarles en caso de que se produzca una frenada de emergencia: los intermitentes de emergencia. Sí, el botón triangular que pulsas cuando bajas a comprar el pan y dejas el coche en doble fila (una costumbre que desaconsejamos enormemente llevar a cabo).
Anticiparse y mirar lejos es clave, si divisas luces de emergencia y vehículos parados, aunque sea muy lejos, comienza a reducir la velocidad lentamente sin frenadas bruscas ni giros violentos en el volante. Así mantendrás las condiciones de seguridad necesarias para eludir una colisión en cadena.
Desconfía de los ADAS
Muchos vehículos actuales equipan sistemas ADAS de frenada automática, control de crucero adaptativo o sistema de aviso de salida de carril involuntario. Estos “ayudantes” suponen un antes y un después en el mercado del automóvil pero aún presentan algunos inconvenientes. Por ejemplo: en situaciones climatológicas adversas pueden dejar de funcionar correctamente.

Estos dispositivos utilizan sensores y cámaras para detectar elementos en la carretera que, si se ensucian o se mojan, dejan de recibir los datos correctamente y deciden “desconectarse” por seguridad. Ante estas situaciones el coche informa al conductor a través de una alerta en el cuadro de instrumentos o la pantalla central pero, por precaución, recomendamos desconfiar de los ADAS y emplear todo lo aprendido sobre frenar de forma segura en lluvia.
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