Festival de Goodwood, la mayor fiesta del motor del mundo

 

Hemos estado este año en el Festival de la Velocidad de Goodwood en Inglaterra, del 11 al 14 de julio, y nos hemos quedado deslumbrados por la cantidad de vehículos impresionantes, alucinados con el nivel de organización y la cantidad de público, y durante un fin de semana, transportados al paraíso del motor, al lugar soñado por cualquier amante de los coches y las motos.

Imagina un lugar en el que poder ver todos los coches y motos que siempre quisiste ver en directo, poder tocarlos, oír sus motores y verlos pasar a todo gas. Mézclalo con la posibilidad de acercarte a pilotos de carreras de todas las épocas y competiciones y poder saludarles, pedirles autógrafos y hacerte fotos con ellos. Como guinda piensa en un escenario precioso, lleno de verde, cuidado al máximo en los detalles y hecho para que el aficionado no se pierda nada. Piensa en todo eso y poco a poco te acercarás a lo que es el “Festival of Speed” de Goodwood.

¿Para dónde miro?

Cuando llegué lo único coherente que pude decir es “¿para dónde miro?”. No me había bajado del minibús y ya tenía enfrente el nuevo prototipo Aston Martin CC100 Speedster, que celebra los 100 años de la marca, cargando gasolina. Entro por la puerta y lo segundo que veo es el Ferrari SP12 especialmente construido para Eric Clapton, junto al prototipo Jaguar Project-7, el próximo Porsche 918 Spyder y vehículos de Pagani, Koenigsegg, McLaren, Ruf y otras marcas de culto. Y lo más alucinante para mí en ese momento es que no estaban protegidos en stands separados del público, la gente podía acercarse tocarlos e incluso abrir la puerta de algunos y echar alguna foto a su interior.

Era el Supercar Paddock patrocinado por Michelin, donde la marca muestra que los mejores deportivos del mundo calzan Michelin. De ahí pasamos al jardín del concurso de elegancia de Cartier, donde este año había Miuras, Bugattis, Ferraris de los años 50 junto a dos F40, Maseratis y algún prototipo futurista como el Peugeot Próxima de 1986. No habíamos dejado de alucinar con todos los coches que había y de fondo se comenzaba a oír extraños ruidos de motores, de esos que no estamos habituados. Eran los coches de carreras de principios del S. XX a punto de salir al “Hillclimb Run”, llevaba poco más de una hora pero aquello ya se estaba convirtiendo en uno de los mejores fines de semana desde hace mucho tiempo.  

Ayer y hoy

El Festival de Goodwood fue concebido como un evento para acercar el mundo de las carreras a los aficionados y siempre ha tenido en su leitmotiv poner en escenario los coches de carreras más míticos de todas las épocas, a ser posible, pilotados por los pilotos que en su día corrieron con ellos. En Goodwood ves varios Ferrari 250 GTO o Lotus de F1 de los ochenta, compartiendo pista con Sir Jackie Stewart en el Tyrrel de1972 que le ayudó a ser campeón del mundo o el alemán Hans Hermann en el Porsche 917 K con el que dio la primera victoria a Porsche en las 24 Horas de Le Mans.

Pero poco a poco la marcas han visto la plataforma de exhibición que es el Festival de Goodwood y exhiben sus últimos coches de carreras, como Audi y sus R18 TDI de Le Mans; Ferrari, Mercedes, Red Bull y Renault los F1 de los últimos años; Peugeot el 208 que utilizó Loeb para ganar en el Pikes Peak, o Aston Martin con el V12 Vantage GT dando un homenaje al piloto fallecido este año en Le Mans, Allan Simonsen.

 

En la zona de las marcas, todos los principales fabricantes de coches tienen su stand. Son stands enormes, más grandes que los que usarán en el Salón de Frankfurt el próximo septiembre. Goodwood es un lugar dedicado a la velocidad y la pasión por el motor, no para ver coches eléctricos o lo último en eficiencia diésel, así que las marcas aprovechan para enseñan orgullosas y sin tapujos su lado más excitante con sus últimos deportivos. De Mercedes sólo había creaciones de AMG, el stand de Nissan era para su marca deportiva Nismo, Jaguar sólo mostraba coches de más de 500 CV e incluso Seat daba predominio a los coches deportivos y sus nuevos “carreras-cliente” León Cup Racer, pilotado por Jordi Gené, e Ibiza SC Trophy.

En movimiento y a todo volumen

Una de las claves del éxito del Festival de Goodwood es que no es un salón de exhibición. En Goodwood se viene a ver todos esos coches de carreras y deportivos en movimiento en un tramo de carreras. Le llaman “hillclimb”, pero no es una subida de montaña, es un tramo en ligera subida fluido y muy rápido, pero también muy estrecho y sin escapatorias. Pasa por delante de la casa del dueño de todo el condado, conocido como “Lord March” -aunque su título nobiliario ocupa varias líneas-, y sigue por los jardines de sus posesiones durante 1,85 kilómetros. Está rodeado de gradas y los aficionados ven pasar a todo gas los coches. No faltan las quemadas de ruedas, los “donuts” y los caballitos en el caso de las motos.

Desde los autos de carreras de hace 100 años a los últimos Fórmula 1, todos pasan a pocos metros delante del espectador –a veces demasiado cerca-, y el público ve oye, huele y siente que está participando en algo especial, algo que no se puede sentir en otra parte del mundo. Qué mejor forma de despejar el oído que con Nico Rosberg quemando rueda o con los dagsters de más de 1.000 CV. Yo voy de vez en cuando a eventos de coches clásicos y de carreras, pero sé que lo que vi en Goodwood en dos días no lo volveré a ver junto jamás… Hasta que vuelva en 2014, eso seguro.

Toca los coches, habla con los pilotos

Que la actividad en el tramo cronometrado no te ha dejado suficientemente boquiabierto, pues paséate por los paddocks a ver todos los coches y motos del show de cerca y prácticamente poder tocarlos y hacer miles de fotos. Y si te organizas bien y sabes desde qué paddock y a qué hora salen o vuelven tus pilotos favoritos, podrás acercarte, saludarles, hacerte fotos con ellos y llevarte sus autógrafos. Este año vimos a Nico Rosberg, Sergio Pérez, Lewis Hamilton, Sebastien Grosjean… Y esos eran los de F1.

Actividades paralelas

Goodwood ha crecido, van 200.000 personas en un fin de semana y ya no sólo se dedica al motor y a las carreras. Pudimos ver en este año una exhibición de aviones, stands de prueba de vehículos, una pista de drifting y eventos de experiencia para los aficionados de motocross de Honda, de todoterreno con los Bowler del Dakar y de coches de Porsche. Vimos una exposición de los coches de los récords de velocidad, una subasta de Bonhams donde un Mercedes de Gran Premio alcanzó 17 millones de libras, un show de Top Gear, e incluso tiendas de memorabilia de lo más extraño y curioso. Es imposible aburrirse.

Para todo el mundo

Otra cosa fascinante es que no es un evento sólo para aficionados, es para todo tipo de público. Esa fue mi percepción, pero tal vez lo que ocurre es que en Inglaterra todo tipo de público es aficionado a los coches. Había tantas familias con niños como grupos de amigos, grupos organizados y parejas de todas las edades. Ver a decenas de familias hacer un picnic en la hierba a la sombra de un árbol junto a coches de varios millones de euros fue desconcertante.

Goodwood es ya un evento internacional y además de los aficionados británicos y “algún español despistado”, había gente de todos las partes del mundo y de todas las culturas. El Festival de Goodwood es impresionante en todos los aspectos.

Un momento surrealista

El momento surrealista del fin de semana en Goodwood fue el domingo a mediodía, cuando nos acercamos a la casa principal, viendo a Lord March en el balcón celebrando los 20 años del tinglado que ha montado, con un cazabombardero Eurofighter haciendo acrobacias, una guitarrista rockera tocando desde el techo de la casa el “God Safe The Queen”, mientras pasaba por el tramo Sir Stirling Moss conduciendo un Mercedes SLR 300 de Fangio de 1955, junto a Peter Fonda a sus 73 años montando en la Harley de la película Easy Rider y un carromato de vapor del S. XIX  y yo, rodeado de miles de aficionados, con una copa de champán en la mano no conseguía cerrar la boca. Esto sólo puede ocurrir en el 20 aniversario del Festival de Goodwood.

 

Queda un año, comienza a planear tu viaje

No sé si te he convencido ya o no. Por si acaso, te aconsejo que comiences a planear el viaje a Goodwood para 2014, resérvate un fin de semana largo en julio, convence a tu pareja porque acabará disfrutándolo tanto como tú. Y si no, búscate un par de amigos que les gusten los coches y llévales a ver algo que no ocurre en otra parte del mundo: La mayor fiesta de la velocidad y de la pasión por el motor del mundo.

 

Fotos Festival de Goodwood, la mayor fiesta del motor del mundo

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