¿Renting? ¿Leasing? ¿Financiación flexible? Si todos estos anglicismos te suenan a lo mismo, no te preocupes. En esta guía encontrarás consejos para comprar tu próximo coche.

Es una realidad: el precio de los coches nuevos ha aumentado a lo largo de los últimos años. Ante esta situación, han proliferado nuevas formas de adquirir un vehículo sin pagar todo de golpe. En esta guía te explicamos de forma clara y sencilla todas las opciones disponibles para comprar un coche nuevo en España, con sus ventajas y desventajas. Así podrás elegir la fórmula que mejor se adapta a tus necesidades y a tu bolsillo. Descubre cuál es la tuya:
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1. Compra al contado: todo de golpe

Es la fórmula más tradicional: pagas tu coche al completo en un único pago y te olvidas de cuotas o intereses.
Ventajas:
- No pagas intereses ni comisiones.
- Eres el propietario al 100% de tu coche desde el inicio.
- Puedes vender tu vehículo cuando quieras.
- Kilometraje ilimitado: conduce tu coche cuanta distancia quieras.
Desventajas
- Necesitas disponer de una importante cantidad de dinero.
- Puedes perder liquidez para otros gastos -mantenimiento, reparaciones, impuestos-.
- No incluye el seguro o algunos mantenimientos
2. Financiación: clásica y conocida
El método de financiación te permite pagar el coche a plazos mensuales durante un periodo concreto -de entre 2 a 10 años- con un tipo de interés fijo. Este tipo de contrato puede realizarse con una entidad bancaria o una financiera propia de la marca de coches -por ejemplo: Volkswagen Financial Services, Stellantis Financial Services-.

Nuestro consejo es que estudies todas las opciones y que elijas aquella que te ofrezca unas mejores condiciones para la financiación del coche.
Ventajas:
- Permite comprar y disfrutar de tu coche sin pagar todo de golpe.
- Puedes ajustar el importe de la entrada, el plazo y las cuotas.
- El coche pasa a ser tuyo una vez termines el pago.
- Kilometraje ilimitado: conduce tu coche cuanta distancia quieras
Desventajas:
- Pagas intereses, lo que aumenta el coste total.
- Si incumples los pagos, puedes perder el coche.
- No incluye el seguro o algunos mantenimientos
- Requiere una evaluación financiera por parte del banco o concesionario. Si quieres financiar un coche, tendrás que presentar documentación que demuestre tu solvencia económica. Las financieras comprobarán además que tengas pendiente el pago de otro préstamo y la existencia de un aval.
3. Cuotas flexibles: una opción más accesible
Una de las formas de pago más novedosas. Pagas una entrada y cuotas bajas durante unos años -normalmente de 2 a 6-. Al final del contrato decides entre tres opciones: te quedas el coche pagando una cuota final, lo cambias por otro nuevo o lo devuelves, terminando así la relación con el concesionario.

Debes tener en cuenta que la cuota mensual también depende del número de kilómetros que planees recorrer cada año. Cuanto mayor sea el uso del vehículo, menor será su valor al finalizar el contrato. Por eso, el concesionario establecerá contigo un límite anual de kilómetros, que influirá directamente en el precio final del acuerdo.
Si has superado el total firmado antes de terminar el contrato, es conveniente que avises al concesionario donde lo adquiriste para consultar si debes asumir un pago extra por superar este kilometraje. Normalmente los valores en estos contratos oscilan entre los 10.000 y los 20.000 kilómetros anuales. Es importante que tengas esto en cuenta.
Por ejemplo, en mi caso, he pasado de realizar unos 15.000 kilómetros anuales a más de 25.000 en menos de 9 meses. Lo mejor es que cuentes con un margen determinado o que consultes las condiciones en el contrato -si el coste por kilómetro es muy elevado, cuál es el margen permitido-.
Ventajas:
- El coche sigue siendo de tu propiedad.
- Cuotas más bajas.
- Opción de estrenar un coche nuevo cada pocos años.
Desventajas:
- Si deseas adquirir tu vehículo tendrás que pagar una cuota final elevada.
- No incluye el seguro o algunos mantenimientos.
- Kilometraje limitado: posibles costes extra al superar lo determinado en contrato.
4. Leasing: enfocado a empresas y autónomos

El leasing es un contrato de alquiler a largo plazo, dirigido principalmente a empresas y autónomos. Permite utilizar un vehículo durante un periodo determinado, pagando una cuota mensual fija. Al finalizar el contrato, existe la opción de comprar el coche pagando un valor residual previamente acordado. Es una fórmula útil para quienes desean usar un coche sin adquirirlo de inmediato, con ventajas fiscales si se utiliza para actividad profesional.
Ventajas:
- Permite deducir fiscalmente (para empresas y autónomos).
- Cuotas fijas que incluyen servicios como seguro o mantenimiento.
- Opción de compra al terminar el contrato.
Desventajas:
- No suele ser rentable para particulares.
- Permanencia: suele tener penalizaciones por cancelación anticipada.
- Kilometraje limitado: posibles costes extra al superar lo determinado en contrato.
5. Renting: para despreocuparse de todo

El renting es un alquiler a medio o largo plazo en el que pagas una cuota mensual fija que incluye seguro, mantenimiento, impuestos y asistencia. Es una opción cómoda y sin sorpresas, ideal para quienes prefieren evitar gastos imprevistos. Al finalizar el contrato, devuelves el coche sin obligación de compra, lo que permite renovar el vehículo cada pocos años sin complicaciones.
Las ofrecen tanto las marcas como los propios bancos. Las empresas y autónomos pueden deducirse el IVA de las cuotas de renting: en un 100%% si el vehículo se usa exclusivamente para uso profesional o en un 50% si el uso es mixto.
Ventajas:
- Todo incluido: seguro, revisiones, averías e impuestos.
- Sin sorpresas ni gastos imprevistos.
- Ideal para despreocuparse de todos los gastos extra.
Desventajas:
- Las cuotas son más elevadas que en una financiación.
- El coche nunca es tuyo.
- Kilometraje limitado: posibles costes extra al superar lo determinado en contrato.
- Penalización si cancelas antes de tiempo.
¿Cuál es mejor?

En realidad, todas son opciones distintas en las que () depende de tu situación personal y económica:
- Si tienes dinero ahorrado y quieres olvidarte de pagos: compra al contado.
- Si prefieres pagar a plazos y quedarte el coche: financiación clásica.
- Si te gusta cambiar de coche cada pocos años: financiación flexible.
- Si eres autónomo o empresa: leasing o renting, por sus ventajas fiscales.
- Si solo quieres usar el coche sin preocuparte por nada: renting particular.
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