Si te quedas sin combustible mientras conduces, las autoridades podrían multarte en ciertos casos. Pero, ¿qué sucede si el coche es eléctrico?

Puede que hayas escuchado la frase: “Si te quedas sin gasolina en carretera te pueden multar”. Sí, técnicamente podrían sancionar aunque, solamente en circunstancias específicas. De hecho “quedarse sin gasolina” se considera una infracción en sí misma, sin embargo consecuencias como obstaculizar el tráfico si podrían acarrear una penalización. De la misma manera, quedarte sin batería en un coche eléctrico podría suponer una sanción. A continuación, te explicamos cuándo podría ocurrir.
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Estacionamiento indebido
Una de las consecuencias de quedarte sin batería es que, lógicamente, tu vehículo se detendrá. Si el coche eléctrico queda parado en un lugar que obstaculiza la circulación como, por ejemplo, el arcén de una autopista, podrías enfrentarte a una multa de 200 euros por estacionamiento indebido.

Según el artículo 90 de la Ley de Tráfico, “la parada o el estacionamiento de un vehículo en vías interurbanas deberá efectuarse siempre fuera de la calzada, en el lado derecho de ésta y dejando libre la parte transitable del arcén”. En vías urbanas la normativa indica que “el vehículo se situará lo más cerca posible de su borde derecho, salvo en las vías de único sentido, en las que se podrá situar también en el lado izquierdo”.
Ahora bien, ¿cuándo se considera que la parada o estacionamiento se realiza en un lugar peligroso? Hay varios escenarios posibles, el artículo 91 del Reglamento General de Circulación menciona 13 de ellos entre los cuales se incluyen: la obstrucción de un vado o acceso a inmueble, la incorporación a la vía o la propia circulación en la misma de un vehículo. Tampoco está permitido parar en las medianas, separadores, isletas u otros elementos de canalización del tráfico.

El único caso en el que puedes detenerte con tu coche aún obstaculizando la calzada es si una avería te impide seguir circulando (artículo 130). En ese caso, tu obligación es señalizar el vehículo correctamente con la luz de emergencia V-16 homologada y tratar de retirarlo lo antes posible, contactando con tu aseguradora para solicitar atención en carretera.
Conducción negligente
Si tu vehículo se detiene bruscamente, sea cual sea la causa, los agentes podrían interpretarlo como conducción negligente. El artículo 3 del Reglamento General de Circulación establece que: “los usuarios de la vía están obligados a comportarse de forma que no entorpezcan indebidamente la circulación ni causen peligro, perjuicios o molestias innecesarias a las personas o daños a los bienes”.

En este contexto, circular a una velocidad excesivamente baja que entorpezca el tráfico o no respetar las señales de tráfico con el fin de ahorrar energía podrían ser consideradas infracciones. Como consecuencia las autoridades podrían imponer una sanción de 200 euros.
Si te quedas sin batería
En caso de que te quedes sin batería en tu coche eléctrico, sigue estos pasos:
1- Señaliza tu posición con el dispositivo V-16 homologado y activa las luces de emergencia.
2- Abandona el vehículo con precaución: Todos los pasajeros deben llevar chaleco reflectante y espera en una zona segura a que llegue la asistencia.
3- Solicita el servicio de asistencia: Contacta con tu aseguradora e indica que el vehículo es eléctrico. Una unidad podría cargar tu coche en el mismo lugar o directamente transportarlo hasta un punto de recarga.
Consejos para evitarlo

Si quieres evitar esta situación te recomendamos planificar tu ruta con alternativas en caso de que los puntos de recarga programados no estén operativos. Si vas a realizar un viaje largo es aconsejable empezar con la batería del vehículo cargada al menos a un 80 por ciento de su capacidad.
Las baterías de los coches eléctricos deben estar entre el 20 y el 80 por ciento de su capacidad para preservar sus propiedades el máximo tiempo posible y maximizar la autonomía. En casos extremos puedes “gastar” el porcentaje restante.

Y por último, conoce tu coche y tu estilo de conducción. Factores como una baja temperatura exterior, circular a altas velocidades y una conducción agresiva pueden reducir drásticamente la autonomía de un coche eléctrico.
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