Ponemos a prueba al Kia Sportage, uno de los SUV más recomendables en el segmento medio del mercado. Dentro de su amplia oferta de motorizaciones, nos centramos en el híbrido.

Una de las llegadas más importantes en lo que va de año en el popular segmento de los SUV de tamaño medio es el Kia Sportage. Al coreano solo le faltaría una versión eléctrica para ofrecer una gama completa de motorizaciones, pero aún así su oferta es muy extensa. En este artículo nos vamos a centrar en su variante híbrida sin enchufe.
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Prueba Kia Sportage híbrido: el diseño otra vez como bandera
La anterior generación del Kia Sportage ya me parecía que tenían un diseño distintivo, sobre todo en su zona frontal, y para la actual han vuelto a repetir la fórmula. En su mirada los faros parecen haber perdido su protagonismo, destacando ahora los LED diurnos en forma de boomerang. Sin duda, se potencia así su parrilla, que en el caso del acabado GT Line, como nuestra unidad de pruebas, es la que más luce por su entramado y acabado en negro brillo.

Para el lateral se crean contrastes a la hora de incorporar la pintura en dos tonos. En este caso es la “Experience Green” (vale 500 euros), pero existen otras siete opciones más, todas ellas con el techo en negro. Únicas son las llantas de serie de 18 pulgadas, que al montar ruedas de mucho “balón” ayudan a mejorar el confort a bordo.
Y de la trasera de este Kia Sportage podría decir lo mismo que en la zona delantera, los faros pierden espacio frente a la chapa. Visto desde aquí puede parece que la boca de carga es alta, pero al contrario, es una de las más bajas de su segmento. Además, da acceso a un volumen de nada menos que 587 litros, de nuevo referencia entre sus competidores, pero que cambia de cifra según la motorización escogida para el SUV coreano. Sin olvidar que debajo de la bandeja hay unos compartimentos muy útiles para tener ordenadas las cosas que lleves ahí.

Al acceder a este Kia Sportage encontrarás ante ti un puesto de mando muy tecnológico. Lo remarcan las dos grandes pantallas, de serie en este acabado GT Line, con gráficos modernos y que transitan con velocidad entre sus diferentes menús. Como complemento a la multimedia, los accesos directos que quedan por debajo pueden tener dos visualizaciones gracias a su tecnología háptica y que reducen el número de botones, que en los coches del fabricante coreano suelen ser abundantes.
En general encontramos buenos materiales en este Kia Sportage, incluso algunos más nobles como la Alcantara en los asientos (únicos disponibles con el GT Line) o las puertas. Sumaremos también que los ajustes muy buenos, como nos tienen acostumbrados estos coreanos desde hace un tiempo.

En resumen para mí solo habría dos cosas a mejorar en este puesto de mando del Kia Sportage, en el que también se agradecen los grandes botones del volante. Por un lado que las levas del cambio incluidas sean de plástico, a diferencia de los pedales que sí son de metal. Una pena porque le hubiera dado el toque definitivo en deportividad que busca este acabado. Y por otro, creo que la ubicación del mando que activa el freno de mano no es del todo cómoda, al estar a la izquierda detrás del volante.
Nos vamos ahora a la zona trasera. Este Kia Sportage no llega a ser primero en ninguna de las cotas dentro de su segmento, pero siempre se mantiene un poco por encima de la media lo que le convierte en recomendable para familias. Además, la configuración del asiento central y el suelo plano hace utilizable esta plaza, que muchas veces suele ser más incómoda. Como detalles curiosos, detrás de los asientos delanteros hay colgadores para camisas y las tomas de los USB se han colocado en sus respaldos, en vez de en la consola central como suele ser habitual.

Prueba Kia Sportage híbrido: análisis del comportamiento
En los primeros compases que comparto con este Kia Sportage híbrido, en un entorno urbano, sí se deja notar algo el ruido del motor de combustión, sensación que desaparece por completo una vez cogemos velocidad en carretera abierta (buen aislamiento). Para estos trayectos ciudadanos te aconsejo ser un poco cuidadoso con el acelerador, para conseguir consumos de 8 litros, ya que de lo contrario subirá considerablemente. Aunque también te digo que en un recorrido muy favorable que realicé se quedó en 3 litros, pero no sería lo normal.
De partida el modo de conducción con el que arranca este Kia Sportage es el Eco, aunque tampoco pasaría nada porque se llamase “normal”. Comento esto porque empuja bastante (tenemos 230 CV en total) y cuando quieres ver ya circulas a velocidades altas. Si pones el Sport, el resultado es un coche más picante en sus reacciones, con una respuesta casi inmediata a nuestro pie derecho. Incluso la forma de bajar velocidades del cambio automático puede ser un poco brusca en algún momento.

Tampoco hablamos de un SUV deportivo en su dinámica, pese al nombre de su equipamiento. No es tan confortable como el Hyundai Tucson, con el que comparte plataforma y motores, pero no llega por ejemplo a un Ford Kuga. Quizás si le quitarán alguna vuelta al volante quedaría perfecto, porque el paso por curva lo realiza bastante plano ofreciendo una gran pisada. Y los frenos creo que brindan también una buena mordiente, sin notarse en ello la regeneración, que no se puede ajustar, habitual de los motores híbridos.
Al estar muy unidad de pruebas con la tracción total, se equipan de serie los modos de conducción Snow, Mud y Sand, adicionalmente al control de descensos de otras variantes. Gracias a la electrónica están preparados para los diferentes terrenos que marcan y nos ayudarán fuera del asfalto. Además, también podremos bloquear el reparto entre ejes al 50 %, siempre y cuando no sobrepasemos los 60 km/h.

Ya antes os adelanté un poco el tema de los consumos en ciudad y hay que decir que en carretera hablamos de un coche que se mueve en torno a los 6 litros, una cifra muy buena teniendo en cuenta la potencia y el peso del conjunto. A esto también ayudan los neumáticos de carácter eco y permiten ver cifras de autonomía por encima de los 700 kilómetros.
Y otro aspecto a remarcar es la tecnología que equipa este Kia Sportage. Me gusta mucho el funcionamiento del control del ángulo muerto, que mediante cámaras en los retrovisores nos muestra una imagen real en el panel de instrumentación cuando damos un intermitente. Por no hablar de unos asientos cómodos con calefacción y ventilación.

Prueba Kia Sportage: ¿Cuál elegir?
En un coche como el Kia Sportage en el que hay tantas posibilidades de motores, cambios y tracciones, su elección se vuelve un tanto complicada, aunque de la misma manera abarca muchos tipos de clientes. A mí me ha gustado mucho el comportamiento de este híbrido, asociado a la etiqueta Eco, con potencia suficiente y unos consumos en carretera más que correctos. Lo único es que su precio comienza en 37.350 euros (con descuentos) con su acabado Drive, subiendo a los 48.658 euros de nuestra unidad de pruebas.
Yo lo que tengo claro es que intentaría ir a por una variante que al menos tuviera la hibridación ligera, lo que son 33.008 euros con el CRDi de 136 CV (acabado Concept) ó 32.511 euros con el TGDI de 150 CV (acabado Drive). De estos dos prefiero el gasolina, suficiente para mover al Kia Sportage y más teniendo en cuenta que ahora cuesta más el diésel que la gasolina. Por ejemplo con ese motor y acabado Tech nos costaría casi lo mismo que el híbrido con el Drive.

Prueba Kia Sportage: sus rivales
Está claro que el primer rival al que tiene que enfrentarse este Kia Sportage es el Hyundai Tucson. No es que compartan la misma base, es que además el otro coreano es ahora el líder tanto en su categoría como en el mercado global. Obviando el tema estético, algo muy particular de cada uno, el Hyundai ofrece un poco más de espacio para las piernas en las plazas traseras, además de más volumen para el maletero. También comentaba antes que es más cómodo en su comportamiento y con las promociones actuales incluso un poco más barato.
A su compañero dentro del Grupo Hyundai te ofrezco otras cinco pruebas de otros modelos que también cuentan en su gama con motorizaciones híbridas sin enchufe:
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