Hemos participado en el singular Eco Rallye Vasco Navarro, prueba de regularidad y con normativa de la FIA, junto a Ford España, quien nos prestó un Ford Fiesta Sport 1.0 EcoBoost 125 CV con sólo 500 km en su contador. Ha sido una divertida y difícil prueba con más de 12 horas de conducción en cada una de las dos jornadas de rally, por las carreteras más bellas de Vitoria, Navarra, Vizcaya y La Rioja, y con una interesante visita al circuito navarro de Los Arcos. Pero también ha sido una experiencia que nos ha dejado impresionados por el funcionamiento del motor de nueva generación EcoBoost de sólo 999 cm3, capaz de unos consumos de 4,56 litros cada 100 km medidos durante la prueba y a la vez de prestaciones de auténtico compacto deportivo.

Bajo la carpa de salida empezamos fallando: se nos olvidó poner a cero el cuentakilómetros.
Qué es el Eco Rallye
El Eco Rallye Vasco Navarro es una prueba de regularidad en la que también se disputa un trofeo de eficiencia y en la que todos los coches son vehículos de calle, no de competición, y ecológicos, sean eléctricos, movidos por energías alternativas o convencionales que emitan menos de 120 g/km. En total eran cuatro categorías: eléctricos 100%; de energías alternativas como el GLP o el metano; híbridos (fósil-eléctrico), y la de energías fósiles en la que estaban inscritos los cinco Fiesta EcoBoost de Ford España y en la que no hubo ningún vehículo diésel curiosamente. Los eléctricos tenían un plan diferente por temas de autonomía, pero el resto hicimos 576 km repartidos en 15 tramos, todos distintos y la mayoría de montaña, más los enlaces. Antes de empezar nos llenaron el depósito y nos lo precitaron para medir el combustible total que se ha consumido al final de la prueba y realizar un cálculo con el peso del vehículo y los kilómetros hechos para medir la eficiencia del consumo de cada equipo.

Tramos preciosos, con un tiempo muy "vasco-navarro".
Como toda prueba de regularidad gana el que más se ajuste a la velocidad media marcada, siempre por debajo de 50 km/h. Claro, que para conseguirla hay momentos en los que hay que subir de 50 km/h para compensar la velocidad menor en las curvas más cerradas y pasos más lentos. Total, hay que estar haciendo cálculos durante todo el tramo y con la poca experiencia en regularidad que teníamos, se trataba de fallar lo menos posible y más bien de no quedar el último. Sin embargo, sí que luchamos para ser el coche que menos gastara para dejar a nuestra anfitriona Ford lo mejor posible, y lo conseguimos –a medias- mi compañero Daniel Seijo (DiarioMotor) y yo por muy poco frente a un Seat Mii. En total fueron 26,21 litros gastados para un rutómetro de 576 km, lo que dan 4,56 l/100 km de consumo medio. Tras realizar los cálculos de la organización con los kilómetros realizados y el peso del vehículo, fuimos los más eficientes de la categoría de Energías Fósiles en la práctica, la pena es que este año la eficiencia también se ponderaba con la puntuación de regularidad, por lo que “oficialmente” para la FIA no fuimos los que menos consumimos. Pero dejamos claro que el Ford Fiesta EcoBoost fue el coche de motor de combustión que menos gastó en la prueba. Nuestro resultado es algo mayor al consumo homologado de 3,7 l/100 km, pero hay que contar con los más de diez puertos de montaña que hicimos y las cinco vueltas al circuito de Los Arcos a 75 km/h de media.

El equipo Ford en el Eco Rallye 2013.
Más virtudes del Fiesta EcoBoost
El Ford Fiesta EcoBoost nos dio más alegrías que su bajísimo consumo cuando se realiza una conducción eficiente y nos las proporcionaba su comportamiento, el cual es extremadamente ágil en curvas gracias al chasis Sport de esta versión. Esto nos permitía no perder mucho tiempo en las curvas cerradas y en las del circuito donde adelantábamos coches más torpes prácticamente sin intentarlo. Fue duro seguir la competición de regularidad y mantener el consumo, cuando lo que queríamos era aprovechar el comportamiento de este Fiesta en unas carreteras tan bellas. También brilla el Fiesta con chasis Sport por su gran aplomo a alta velocidad, esto nos ayudó a recuperar tiempo en las bajadas con confianza, y realizar el trayecto Madrid-Vitoria y vuelta como si fuéramos en un coche de alta gama. En autopista, en los cruceros a velocidades ligeramente por encima de los 120 km/h legales, el coche se encuentra en un momento óptimo de revoluciones con buenas dosis de par para subir repechos sin bajar un kilómetro por hora, pero manteniendo consumos ajustados prácticamente de coche diésel. Y hay que contar con unas prestaciones de utilitario deportivo cuando apetece aprovechar al máximo el motor. Cuanto más ruedas con el Fiesta EcoBoost más te gusta y tras 1.300 km en poco más de dos días acabas pensando que no necesitas más coche, tal vez dos puertas más y un cofre para las vacaciones y ya está. Es divertido de conducir, con buena potencia, el par de un motor más grande y un coste de mantenimiento muy accesible. Cuesta 17.860 euros, pero no será difícil pelear 15.000 euros o menos en el concesionario. Si estás buscando un coche pequeño, divertido, pero fácil de mantener no fallarás con el Fiesta Sport EcoBoost de 125 CV.

El Tesla en el parque cerrado.
La inscripción fue muy variada en cuanto a coches. Entre los coches eléctricos brillaba un Tesla Roadster que además ganó la categoría, frente a un Nissan Leaf, el nuevo Renault ZOE, varios Peugeot Ion/Mitsubishi i-MIEV y hasta un Volkswagen Polo eléctrico creado en España por Hidronew. Entre los híbridos los Toyota Prius de varias generaciones eran los favoritos, pero Peugeot España inscribió hasta siete 3008 Hybrid4 y también había un Opel Ampera y varios Toyota Auris. En energías alternativas se vieron dos Abarth 500 y un Renault Clio con GLP Autogás. Nosotros competimos en la categoría de energías fósiles, donde curiosamente todos los coches eran de gasolina y no hubo ninguno diésel. Nuestros rivales más duros fueron un Seat León nuevo con motor 1.2 TSI y el Seat Mii.

Descanso y reagrupamiento en un enlace.
Uno de los principales patrocinadores de la prueba fue la ciudad de Vitoria-Gasteiz, que si bien es recomendable no pudimos disfrutarla como se debe. Sin embargo, si te gustan los viajes en coche podemos recomendarte toda la provincia, con unos paisajes de cuento, carreteras para no aburrirse y comida buena y abundante en cualquier localidad. Rodear el embalse de Ullíbarri-Gamboa y subir a cualquiera de los parques naturales son visitas obligadas para disfrutar al volante.